viernes, 24 de febrero de 2017

Ascension al Bisaurín (2670 mts) desde Lizara


"Subir una montaña es el todo por el nada". Jordi Tossas.

Una imprescindible de nuestro querido Pirineo. Tanto de subida, como de bajada por cualquiera de sus vertientes. En este caso la elegida será la pala SW. Es posible que esta haya sido una de las mejores bajadas que he hecho nunca, pero me empiezo a dar cuenta de que cuanto más esquío y progreso más buenas son las sensaciones. Y más repito esta frase.
Salida express en el día. Cierto es que el refugio de Lizara (1520 mts) y el entorno bien merece una noche y un par de jornadas pero como muchas otras veces no hay para más. Y ya puedo dar gracias, que soy un afortunado. Son las 7.30h, recojo a Alfredo y arrancamos rumbo al monte. A las 10.45h estamos empezando a foquear. No hay demasiada gente, pero es un jueves. Aún así entre 15-20 personas haríamos cima esa jornada. 
De momento aún se pueden calzar esquíes desde el coche pero pronto perderá continuidad si siguen estos calores y este viento del sur. El cielo está velado, y al principio pensamos que igual era niebla alta pero no... es polvo del Sahara, que mira tú no se podría haber quedado en el desierto. Gracias a esta KALIMAAAA no veré nada desde la cima.
Son +1150 mts de subida que salvo al final se hace muy agradable y una buena y variada bajada con multiples alternativas.


Somos los últimos que arrancamos pero de subida aún adelantaremos a 5 raqueteros. La ruta no tiene perdida, salimos rectos hacia los muros del Bisaurín y giramos a la izquierda dirección W, una vez nos hemos situado bajo ellos para alcanzar tras un largo flanqueo la cuenca del collado del Foratón (2016 mts). Hace exactamente 23 años que no paso por aquí. La ultima vez siendo un niño cargado con una mochila a cuestas en verano. El pico hace más, en concreto 24 años que no lo subo. En otra fantástica travesía del grupo de montaña al que pertenecía.
El foqueo es tranquilo y vamos charlando en los tramos que se puede. El agua se abre paso y hay zonas, como he dicho, que pronto habrá que descalzarse o intentar rodearlas. Pena de calor estos días. La pala presenta una huella inmejorable de subida con zetas amplias y bien trazadas. Dudamos de por donde bajar a la vuelta, si por la norte, volver por aquí o por el vallecito entremedio (Variante de Fetas). Bajada que viene reseñada en el libro I de Rutas con esquís por el Pirineo Aragones de Jorge G. Dihinx. Al final la conclusión a la que llegamos es que decidiremos sobre la marcha.
Y la marcha es la siguiente, tras el primer repecho rumbo a la cima y justo antes de afrontar el tramo más vertical Alfredo decide pararse, no se encuentra con ganas de cabeza que no físicas. Y el coco en estos deportes es todo. Yo me planteo darme la vuelta pero decido continuar ya que estamos, son 45´ de subida y apenas será 15 de bajada.


La nieve está primavera total, y decido colocar cuchillas. Vitales en nieves muy duras o cuando las focas no agarran bien. Este es el segundo caso sin duda. La parte más vertical, de unos 40º o así la hago a la marcha y con cuidado pero sin problema, aprovechando todo su anchura. Luego relaja y se pueden quitar cuchillas. Arriba sopla viento y la nieve está algo más dura. Sigo subiendo por unas palas más cómodas siempre hacia la derecha hasta que alcanzamos la cima. En verano debe de haber un vértice geodésico machacado o tirado por los suelos. Ahora no hay más que nieve y muchas huellas. Preciosas cornisas hacia el norte, no asomarse.
Son las 13.45h cuando alcanzo la cima en soledad. 3h desde el coche con paradas incluidas. Un ritmo relajado pero correcto. CIMA!!
El entorno de la cima es aéreo y de una belleza que quita el sentido, cara norte vertical y abrupta de las que gusta apreciar. Las vistas deberían de estar al nivel de la preciosa arista cimera pero con el polvo en suspensión apenas se observan los picos de enfrente, pena de aire sahariano.


Como ya he dicho el viento sopla cada vez más y la sensación es desagradable así que bajo unos metros, bebo un poco de agua y como algo. Es hora de bajar. Focas fuera, ajusto botas y fijaciones, me coloco el cortavientos y el casco y comienzo el descenso. No hay duda posible, tengo que bajar por donde he subido porque Alfredo me espera cerca del collado. Fetas tendrá que esperar.
En la zona relajada bajo la cima voy marcando giros al gusto y cogiendo confianza. Soy el último por aquí y a los que he visto bajar los he visto disfrutar de lo lindo. Giros y más giros cómodos hasta el estrechamiento. A aprovechar la buena nieve y a hacerme giros con salto marcando bien con el bastón. Que gozada!.
Ya veo a mi compañero que está a mitad de pala y me saca unas fotos de lujo.



La envidia le corroe pero aun queda una buena bajada por la pala del Foratón y por un corredorcillo que nos marcamos con nieve cada vez peor, eso sí.
Una vez llegamos al plano, esquí de supervivencia con nieve mala y profunda. Esquivamos zonas peladas y alguna trampa y me marco como todos los días mi voltereta de rigor. En fin que menos mal que tengo los tendones fuertes porque otra vez de morros a la nieve.


La bajada apenas ha costado 40 minutos desde la cima y eso que la hemos hecho relajados y descansando de vez en cuando aunque fuera poco. Ya estamos en el refu, y el sol ni lo hemos visto, todas las previsiones marcaban una meteo estupenda. Así es el juego señores.

Cerveza y para casa que me espera mi maravillosa familia y me muero de ganas de abrazarlos. Gracias Alfredo por acompañarme y sobre todo GRACIAS (con mayúsculas) a Isabel por aguantarme, que sé que a veces no es fácil. Nos vemos por ahí arriba más pronto que tarde espero.