" Donde hay roca, soy feliz". Isabel Antón Solanas.
Tenemos ganas de hacer algo en el Anayet, aunque estamos dudando el qué. Estos días por el valle de Tena están siendo muy productivos. Alex y Ele nos proponen intentar una ascensión diferente a una de las cumbres, que puede ser, la que más veces he subido en mi vida. Isabel no ha pisado nunca la cima de este emblemático pico. Torre de andesita, primo pequeño del Midi, guardian de piedra de canal Roya... Siempre agradecido. La decisión está tomada, vamos a por ello.
La propuesta es hacer la vía del Sarrio, un ingenioso trazado de los "muchachos" de Sendero Límite, a caballo entre la arista de los gendarmes y la cara norte. Ruta de aventura, de echar manos, de roca dudosa en muchas ocasiones... En resumen, como siempre todo un placer.
Salimos del estacionamiento de Portalet, ya de paso vamos a hacer la pequeña ferrata hasta los ibones desde canal Roya, sin tener que bajar al sendero de la rinconada. Una vez preparado todo subimos por la pista hacia el collado. Yo hoy me noto raro, ya es el cuarto día de actividad y me cuesta hasta andar. Sin duda es una alimentación deficiente por mi parte, después de consultar a mi nutricionista de cabecera ( Ana Antón de GSK, la mejor del mundo mundial ). El resumen de lo que me pasa, es que cuando hago muchos días de actividad, no me nutro adecuadamente durante el día, como casi todos hacemos por el monte, por otra parte. Y con la cena, por muy copiosa que sea no recupero lo gastado. Como no tengo muchas reservas de donde tirar, al tercer o cuarto día me da un bajón y me quedo como tonto. Isabel lo nota enseguida porque no hablo, me quedo callado, ensimismado en mis cosas. Esta vez me pasó antes de empezar la ferrata. De hecho me tuve que soltar la linea de vida y hacerla suelto porque no era capaz de concentrarme en desplazar la linea de vida y de agarrarme adecuadamente. Igual es porque soy un hombre y la multitarea tampoco es lo mio jejejejeje. Al final un gel de cafeína, con carbohidratos... y demás cosas raras, me devuelve a la vida. (http://anayetvertical.com/714-nutricion). Reconozco que desde ese día me tomo un gel de esos cuando preveo actividad fuerte.
Foto sacada de la meteo que viene, añadidos los tres pasos claves. |
A lo que estamos, que me voy por las ramas. La ferrata sin complicación alguna, salvo la entrada. Una vez en los ibones de Anayet enfilamos hacia la pedrera y como referencia hay que tomar la cueva de una antigua mina, visible e imposible no distinguirla. La vía comienza un poco a la derecha, y va subiendo por terrazas y un sendero no evidente hasta pasar al otro lado, a la cara E. Primeros pasitos tontos y la roca ya nos deja ver su calidad, malísima. Seguimos subiendo y orientándonos mediante algún mojón. Primer resalte del día. Un pequeño murete de roca suelta, pero algo mejor que lo encontrado hasta ahora. Arriba hay una cinta para asegurarlo, pero se puede montar reuniones con imaginación y material claro. Decidimos en este punto encordarnos. Yo aseguro a Alex, luego sube Elena e Isabel. Por no perder el tiempo en esperar la cuerda subo a la vez que Isa. Seguimos avanzando y una pequeña travesía expuesta y un murete nos esperan. Más fácil que lo anterior, misma calidad de roca.
Llegamos a la arista y hay que buscar un paso no evidente hacia la cara norte descendiendo un poco. No trepar a la cima del Gendarme de los Franceses, se puede bajar por el filo, pero hay que montar un rápel obligado. Yo me subo y me asomo para echarle un ojo a la vía de los Balcones, hay una cordada y me apetece echar un vistazo y ver si hay un paso más fácil que por donde nos lleva el camino, por curiosear que no quede. No lo encuentro y tengo que bajar. Tirándole por el camino alguna piedra a Isabel.
Tras alguna peripecia, conseguimos pasar a la cara norte, por donde discurre el corredor en invierno. Quizá esta zona sea lo más expuesto y arriesgado del día. Pero como la montaña si algo te quita algo te puede dar, nos encontramos un regalito, un clavo y una cinta express. El clavo lo dejo, que quien sabe si no lo voy a necesitar algún día. La cinta para casa, está muy quemada por el sol, así que al menos los mosquetones los puedo usar para llevar los gatos o enganchar la mochila. Un regalo es un regalo.
Ahora sí, enfilamos la subida directa ya a la cima, por terreno a mitad de camino entre la roca y la hierba. No más de II aislado, pero la sensación de ir siempre en el filo de la navaja.
Subimos encordados, quizá Elena no está tan acostumbrada como nosotros a estos terrenos y eso psicológicamente ayuda (cómo la cuida este Alex), aunque técnicamente no le hiciera falta en absoluto, que es una titana!. Para ser sinceros, dudo mucho que muchos de los seguro que pusimos hubieran aguantado una caída de verdad de alguno de nosotros.
A lo que nos venimos a dar cuenta ya estamos en la cima!! Unos franceses nos miran con cara de sorpresa, por donde habrán subido estos colgaos?!?!. Intercambiamos fotos y comemos un poco antes de bajar por la normal. Ya estamos haciendo planes para otro día y otra actividad, pero de momento, el Anayet queda al fondo y a nuestra espalda. Bajamos dirección al aparcamiento del mismo nombre, pero giramos antes a la izquierda dirección a Portalet, el coche y una coca cola fresca nos espera. Cantamos y reímos, ha sido un día de aventura espectacular, con la más grata compañía y con un tiempo maravilloso. Ruta recomendable por ser diferente y sencilla, pero hay que ir suelto en este tipo de terrenos.
Han sido unos días estupendos y aunque no hayamos ido a los Alpes, ha valido la pena. El último día llegamos a la base de la vía Merche, pero hacía mucho calor y decidimos irnos al balneario de Panticosa que para eso trabajamos también y estábamos de vacaciones. Nos vemos por ahí arriba!!