viernes, 9 de febrero de 2018

Ascension al Aspe (2645 mts) invernal desde Aísa

Panorámica desde la cima con el Gran Midi en el centro.
"Me tenías desde que me dijiste hola." Jerry Mcguire.

Y así comienza otro día de esquí, proposición indecente por whatsapp, cuadrar agendas y plantear alternativas de salida. Hoy las opciones al final eran dos, Aspe o Collarada. Contad que las condiciones que os voy a relatar son de antes de este gran temporal que hemos tenido y la montaña me consta que han cambiado radicalmente. 
Mensajes previos a Pincho (Mentidero alpino) y a Chemita Galve (De vuelta al estilo rústico) y concretamos planes después de esa gran información de primera mano. Aspe media hora de porteo, Collarada hasta la Trapa, es decir sus dos horas no te las quita nadie. La decisión es clara y uno de los dos los voy a tachar en mi mini proyecto de repetir con esquíes las cumbres de mi infancia.
Hoy somos tres los encartados en el asunto. El gran Felix, Ana y yo. A Félix ya lo conocéis pero Ana es nueva en el blog y obviamente para mi también. Una chica que el susodicho conoció en el finde de skimo de Bujaruelo y que emigró de la capital a Zaragoza sólo para estar cerca de los Pirineos. Con eso os digo todo. Un encanto de persona en resumen. 
El viaje ameno y sin dormir, llega un momento en que el cuerpo se acostumbra a la falta de sueño producida por el terremoto que tenemos de hijo (y su adaptación a los virus de la guardería) y a pesar del cuerpo escombro que gasto después de empalmar gripe y gastrítis en el mismo pack en 10 dias.
En coche pues hasta el final de la pista de Aísa, carretera límpia y en muy buen estado. Hace más frío del esperado y a la nieve, muy a nuestro pesar, le costará más en transformar. Varios coches en el lugar, no estamos sólos ni siquiera un miércoles.


Después de preparar todo el material y equiparnos, salimos rumbo a la PR que asciende en verano al Pico. Nos salieron 40 minutos de porteo subiendo a buena marcha. Un poquito más de lo esperado. Bajando conseguimos apurar por lenguas de nieve hasta el río.
Hay por delante un chico con raquetas y una pareja con esquíes, nadie más. Los iremos alcanzando poco a poco. A la pareja en la subida y al chico en la cima, nos sacaba bastante ventaja.
Foqueo cómodo hasta el primer embudo, Ana ya ha salido con cuchillas desde que hemos calzado las tablas, Félix se las pondrá casi al final y yo al comenzar el embudo. En la guía de J.G. Dihinx marca preferiblemente con crampones. Valorad condiciones in situ.


En la siguiente "planicie" nos acabamos juntando, hemos adelantado a la pareja. Ana ha puesto crampones y seguirá con ellos hasta salir del segundo embudo. Nosotros seguimos con cuchillas trazando tranquilamente y por fin cogemos una buena huella de subida que nos deja, tras superar un estrecho más pendiente, el Aspe a la vista. La nieve una vez sales de esta zona de orientación SW ya ha transformado algo permitiendo foquear sin cuchillas. 
Las vistas del Aspe y la Llana quitan el sentido. Los Lecherines por un lado y el Bisaurín por otro nos flaquean y nos vigilan. A nuestra espalda visión panorámica brutal, Moncayo y otras sierras lejanas se aprecian teñidas de blanco. Un poco de oxigeno para el alma.


El día es espectacular, quizá un poco más fresco como he dicho, de lo esperado y con una constante brisa del sur que nos impedirá disfrutar a tope de la cima, pero casi casi de 5 estrellas. Poco a poco nos acercamos a la pala final, muy franca, que nos dejará encima de la brecha del Aspe. Pala de moderada inclinación que yo hago sin cuchillas y los demás se las ponen desde abajo. La huella es perfecta y muy bien trazada y permite subir sin correr riesgo alguno, aunque no haya transformado la nieve y esté bastante dura.
Sin demasiados esfuerzos llegamos al sitio donde se dejan los esquíes. Calzamos crampones y nos lanzamos a afrontar los últimos 80 mts de subida con la cima a la vista.


Y después de un breve transito con crampones y piolet por las heladas laderas del Aspe nos plantamos arriba del todo. CIMA!. Fotos, abrazos y alguna llamada de teléfono. Las condiciones en la norte son bastante malas y se aprecia desde aquí. Siempre hay dos caras de una moneda y muchas veces las benevolentes sures contrastan con las indomables nortes. En un mismo pico cielo e infierno. Ahora toca decidir cual es cual que todo depende del día y de la actividad, ¿no creéis?.
Decidimos no comer nada aquí y hacerlo donde los esquíes, pero al final en ambos sitio el viento hacía la espera bastante desagradable y el habituallamiento fue frugal y rápido. Tiempo de subida en torno a las 3h 30´con paradas. 


Es hora de quitar focas, guardar crampones, bloquear botas y calzarse los esquíes, viene la parte más gozosa, si cabe, del día. Tres esquiadores tres marcas de botas y el mismo concepto, ligereza y movilidad. Yo llevo unas Sportiva Spitfire 2.0, Félix unas dynafit TLT 7 y Ana las Arc´Terix Procline. 
Ella se marca dos giros y decide no bajar más, la combinación de nieve dura y botas que no se adaptan a su tipo de esquí no es lo ideal. Echa de menos los tres ganchos. Nosotros gestionamos la pala como se puede pero disfrutando, aún así, hasta el plano donde hay un radical cambio de nieve. Esperamos a Ana y ella se calza también las tablas. Bajamos unos buenos metros hasta el primer embudo y sigue sin verse y sin encontrarse a gusto, a pesar de la fabulosa nieve que encontramos. Se equipa con crampones y piolo y dice que nos vemos abajo. Continuará a pie.
Nosotros seguimos y flanqueamos a la izquierda a una zona bastante inclinada pero con poca huella. La nieve no está perfecta del todo pero se disfrutará mucho. Giros duros y verticales pero emocionantes y maravillosos. Esquí de montaña en estado puro.


Llegamos al primer embudo de la mañana y la nieve está muy noble, dejándose esquiar bien. Esperamos a Ana y cuando la vemos bajar segura continuamos buscando las lenguas de nieve, que no sin esfuerzo, nos permitirán esquiar hasta el río. Acabamos bastante metidos en el valle y al final llegaremos a la pista los tres a la vez.
Día genial junto a estas dos increíbles personas. Me hace feliz pensar que la mayoría de la gente que "andamos" por estos lares compartimos tantas cosas. Espero coincidir más veces todos juntos. He disfrutado mucho, tanto subiendo como bajando y aunque tengo muchas muchas ganas de esquiar con Isabel de una vez, algo matamos el gusanillo, que no es poco. 


Y sin más coche y de vuelta al hogar. Nos vemos por ahí arriba, más pronto que tarde espero. Llevo el blog muy retrasado, con muchas actividades que creo quedarán en el tintero pero así es la vida.

3 comentarios:

  1. Chico!!! La foto de cima con los ojos cerrados....😊😊😊😊 Que tenías más fotos... Como eres!!! Buen resumen!!👏👏👏👏

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    1. Ni me he fijado tú Jajajajaja poco majo estás así

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  2. Buenos días,

    En primer lugar Gracias por el blog y por compartir tus montes y aventuras.

    te quería hacer una pregunta, ¿ presenta alguna dificultad técnica especial el tramo final del aspe en invierno? este sábado vamos a ir .

    muchas gracias!

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