miércoles, 8 de julio de 2015

Aguja de Portalet, vía Sendero Límite (100 mts, V+).


" A menudo la cárcel en la que creemos estar encerrados no lo es... Su puerta no tiene cerrojo". Catherine Rambert.

Después de unos merecidos días de descanso, de actividad en la montaña que no de obligaciones laborales, tras el Montblanc, emprendemos rumbo a una nueva aventura. Queremos liberarnos del estrés diario, de las presiones del trabajo, del agobio de la urbe, del calor sofocante... Tenemos ganas de subir al monte, a nuestro imprescindible Pirineo, pero no tenemos ganas de embarcarnos en algo demasiado largo. Queremos disfrutar pero sin matarnos de cansancio.
Tras muchas dudas y muchos cambios de idea nos decidimos por la Aguja del Portalet, la vía abierta por los incansables Sendero Límite, al ladito de la frontera, con un acceso muy corto y unas bonitas vistas. En esta ocasión somos tres el grupo expedicionario; Isabel, David (mi sobrino) y yo. Queremos enseñarle al pequeño (en edad ya mide 183 cms el figura) a asegurar en vías de varios largos, como triangular la reunión, recoger cuerda, estar atento, lo fundamental del casco, chapajes alternos... Lecciones de ir de primero.


El acceso lo he sacado de la noche del Loro y el croquis de Baldapikarras. La vía consta de cuatro largos, en total de unos 100 mts de altura y un largo extra de 30 mts por arista. De dificultad bastante uniforme. El largo "difícil" en nuestra opinión es el primero de entrada, los demás divertidos y con grado ajustado a la reseña. Vía para una mañana calurosa o para pasar una tarde fresquita.
Aparcamos el coche en el parquing de portalet, donde unos reporteros de Antena Aragón nos entrevistan, jejejejeje somos famosos y le hacemos propaganda a los Sendero, que menos. Salimos en las noticias. Seguimos ruta hacia las verdes lomas dejando a nuestras espaldas y al otro lado de la carretera la campana de Aneou, peña blanca, Anayet...  Ahí tras superar un pequeño repecho está, sobrepuesta a la mole del pico fronterizo portalet o de Estremeré, nuestra aguja. Desde lejos no parece mucho, pero una vez que la miras de la manera correcta, te enamora. Subimos otra vez detrás de tres personas, como el día de Ruaba, que nos harán esperar a pie de vía más de media hora. Os digo lo que otras veces, si quieres ser el primero, madruga más.


Antes de empezar ya estamos disfrutando de las risas con los comentarios y las bromas, de las cagadas humanas que nos encontramos por el camino y nos recuerdan a cosas... Bueno no disfrutamos exactamente con la hez en sí, que quede claro XD. Hemos elegido la vía también porque hace sombrar hasta medio día y además corre airecito, necesitamos huir del calor asfixiante del infierno en el que vivimos, que diga de la ciudad de Zaragoza.
Son cuatro largos de dificultad fácil, V+, IV-, V y V en mi opinión. El largo estrella aunque descompuesto para mí el último. Precioso diedro, con mil agarres y en alguna ocasión un poco extraplomado pero muy bonito. En resumen un ratito de disfrute de aproximación cómoda y poca exposición. Lo más probable es que siempre haya gente en la vía.
L1: 30 mts V+. Precioso largo de placa, con entrada, un pasito a mitad de largo y una panza al final más fácil que lo anterior. Este largo me lo tiro yo y lo disfruto mucho. Yo creo que el grado es correcto..
L2: 20 mts IV-. Salida hacia una arista con pasos sencillos. Este largo se lo hace David, le hemos explicado como montar la reunión, como triangular, como colocar el reverso... Lo hace todo muy bien, a la primera. Reunión cómoda y con ambiente. Se pueden empalmar largos pero la cuerda rozará bastante tirando a mucho por la panza del largo anterior.
L3: 25 mts. V. Curioso largo que empieza montándose en una arista para luego ir superando muros y terrazas, alternativamente, con buenos agarres y mejores vistas. Esto comienza a tener ambiente. Isabel lo resuelve sin problemas. Te deja en una reunión muy cómoda a los pies del diedro.


L4: 25 mts. V. Largo estrella. Diedro muy marcado con entrada y luego muchas opciones. Roca un poco descompuesta. Pero esto es el monte no una escuela de escalada. Subo disfrutando mucho no, muchísimo. Alargando las chapas para que la cuerda suba sin rozar y no tire piedras y en paz y armonía conmigo mismo. Estoy feliz, como casi siempre. La reunión en el filo, no demasiado cómoda pero si muy elegante. Recupero sin problemas. Y David limpia un poco la vía de algún bloque suelto.

Lo siguiente es andar por la arista, sin dificultad alguna . Hay un parabolt al empezar, se puede gazar un bloque antes del paso expuesto y otro parabolt al acabar. Luego andar y poco más.
Abrazos y más risas. Cómo disfruto de estos momentos. Las mejores escaladas en familia :)


A veces te preguntas por qué haces cierto tipo de cosas en esta vida. Y una de las que puede parecer más extrañas a ojos de muchas personas es escalar. Levantarse de la cómoda y acogedora cama a las 7, 6, 5 , 4 ,3 incluso a las 2 am. el día que duermes en una cama. Coger el coche y con una sonrisa de bobo en la cara subir al Pirineo,a Riglos..., andar y ponerte a trepar por afiladas aristas y muros verticales por el mero placer de subirlos. Todavía busco la respuesta a qué nos mueve a hacer esto, si es verdad que existe tal respuesta. Pero si os puedo hablar de la potente sensación de felicidad que experimento cada vez que llego a una reunión. Llegar, ya de por sí es un logro. Acabar el largo y conseguir esa pequeño pedazo de bienestar y de orgullo por lograr algo por lo que has peleado, independientemente del grado. Estar sólo ahí arriba, con esas maravillosas vistas de paredes y muros, lagos, ríos y bosques, cielo infinito. Estás sólo pero unido por el cordón umbilical de poliamida a tus compañeros de cordada. Estas contigo mismo pero con todos los que antes pasaron por ahí antes que tú. Todas las personas que de alguna forma vieron una linea en un hermoso trozo de roca, con los que la hicieron por primera vez, con los que como tú han estado recogiendo la cuerda alguna vez. Emociones distintas, emociones compartidas Quizá vosotros sintáis lo mismo pero no la habéis expresado con palabras. Es probable que si. Pero es una de las muchos cosas que me hacen volver una y otra vez a la montaña. El sueño acaba cuando la cuerda se recoge y los compañeros están a tu lado, todos juntos. Entonces comienza otro sueño nuevo, el siguiente largo.

Nos vemos pronto por ahí arriba, mejor pronto que tarde.



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