" Es el viaje y no el destino lo que importa". T.S.Eliot.
Un año ha pasado de nuestra ultima "cabalgada" seria. Hemos decidido repetir aventura con las motos. Un poco del espiritu "easy rider" corre por nuestras venas. Tenemos una pequeña idea de donde queremos ir y hasta donde queremos llegar, pero vamos a ir improvisando por el camino según vayan pasando los días. El objetivo inicial, salir de Zaragoza hasta San Juan de Luz (cruzando por Roncesvalles) y desde allí seguir toda la costa hasta Finisterre. Iríamos hasta NY pero de momento las motos no son acuáticas.
Los guerreros del asfalto los mismos del año pasado, Manolo y Sandra en una custom al más puro estilo route 66 y nosotros con nuestras humildes flechas plateadas.
Dia 1: The begining
La aventura comienza preparando todo en casa, como siempre, cargando las motos y subiendo a cuarte a comer con los compañeros de viaje. Parada en el decathlon para comprar los últimos olvidos y rumbo a Huesca. La ruta de hoy es la siguiente. Zaragoza-Huesca-Ayerbe-Puente la Reina-Roncesvalles (todo por secundarias). Es maravilloso estar de nuevo sobre la moto, sentir el aire en la cara, hablar por los intercom. El paisaje de este clásico día motero es precioso, con los mallos, peña Ruaba, los pirineos al fondo... Un gozo para los sentidos. El camping genial, económico y cómodo y el patxaran casero de lujo. Comienza la peregrinación del Patxaran... La resaca del día siguiente también estuvo ahí, soy más falso para eso de beber. Hoy todo ha sido genial, y aunque hemos pasado un poco de calor ha valido la pena.
Día 2: De cuando la montaña se une al mar
El camino nos llevará de Roncesvalles- San Jean de Pied de Port- San Juan de Luz- Irún-Orio. Para ponernos a tono, el puerto de pasada a Francia, donde nos cruzamos con muchos moteros y mucho caminante. Un sin fin de curvas y horquillas de todos los gustos con buen asfalto para calentar motores. Francia calurosa, aunque parezca mentira. Parada a comer y a San Juan de luz donde daremos un paseo y tomaremos unos helados, hace un bochorno que mata. La carretera de la costa hasta Irún de lo más bonito que he hecho, junto a los acantilados con las gaviotas volando a nuestro lado, una pasada. En Irún café y decidir donde dormir. Al final en el camping de Orio, junto al mar. Seguimos ruta. Un par de confusiones de GPS rodeando San Sebastian por la campiña y llegamos al camping. Montamos todo bien porque se está nublando. Cena junto al mar, barata, rica y con buena gente. Paseo por el rompeolas, Patxaran y comienza a llover. Ese maravilloso Txirimiri o calabobos. Menos mal que hemos montado todo bien. Dormimos como bebés bajo el repiqueteo en la tienda de las gotas.
Dia 3: Cuando el camino es belleza pura
El día amanece gris y lloviendo. Menuda nos espera. Desayunamos y nos chipiamos (termino Aragonés que significa calarse hasta los huesos) para recoger todo. La ropa más o menos está seca, pero la tienda y demás cosas empapadas. Cargamos el campamento, nos ponemos los trajes de lluvia y a recorrer kilometros. La ruta hoy es preciosa por toda la costa del Pais Vasco hasta Bilbao. Pararemos por Zarautz, Mutriko, Guetaria, Lekeitio, San Juan de Gaztelugatxe... una pasada. Hasta Mutriko lluvia de todos los colores, pero que deja ver el mar Cantábrico en todo su esplendor. Comilona muy barata en un bar local, que bien y por que poco!, junto al puerto. De repente salió el sol y hasta Bilbao pudimos regalarnos los sentidos con esa carretera de lo mejor de España. Parada en Gaztelugatxe (donde mi compi de trabajo y amigo se prometió hace unos meses con su chica) y seguimos del tirón hasta el centro de Bilbao, el Guggenheim con Pupi, la ría... Una compras rápidas y hasta la "frontera" con Santander. Mirámos para dormir. Vuelve a llover y tenemos que secar las cosas del día. Encontramos una casa rural en el valle de carranza, barata y con una pinta genial, Casa Aingeru. Está lejos y llevamos todo el día en la moto pero hacemos el esfuerzo. Llegar hasta allí una aventura. Está perdida de la mano de dios, la mujer que la gestiona nos recoge en un sitio, y poseída por el espíritu de Schumi arranca dirección a la casa, yo le intento mantener el ritmo para no perderla por caminos. Isabel, Manolo y Sandra se quedan atrás. Casi me voy en una curva pero llego a la casa y veo a estos pasar por otro camino. Bajo corriendo y gritando. Al final dando la vuelta la custom que pesa besa el suelo... Todos juntos en este encantador y mágico lugar, la casera marcha, nos dan de cenar abajo, en el pueblo, que no tenía pan para hacernos en casa. Estamos a punto de salir y nos llama de nuevo, "hay terneras en la carretera!"..."Que??"..."Vacas, oye vacas, tened cuidado". Jajajaja lo que faltaba. Bajamos preocupados por la vacas y nos sale un mastín del tamaño de una de ellas y casi tira a Isabel. Un poco más adelante 4 rumiantes taponan la carretera... Haciendo honor al dicho nos mira como "las vacas al tren". Y después de unos cuanto pitidos deciden marcharse. Una cena copiosa y barata y a dormir. Menudo día!.
Día 4: La Gopro entró en nuestras vidas
Nos levantamos muy muy descansados hoy va a ser una etapa rara al principio, es desandar lo hecho. Pero por el día y descansados nos parece precioso el valle de Carranza, un lugar para volver. Hasta la costa sencillo. Primera parada del día Santoña y sus famosas anchoas. Clavada que nos pegan por dos latitas, pero bueno había que hacerlo no?. Seguimos por la costa hasta Santander, haciendo kilómetros y disfrutando del día, soleado y cálido para variar. En las circunvalaciones mi GPS pierde el norte y damos más vueltas que un pirulo. Nos hemos calentado y vamos a comprarnos unas Gopro, si ese juguetito tonto que nos va a dar mucho juego a partir de ahora. (Entre esto y el dinero que nos gastamos en estas vacaciones se jodieron los Alpes estivales, pero iremos más adelante no lo dudeis). Comida basura por un día y rumbo a nuestro siguiente sitio para dormir. El camping Pechón (o tetón como le dijo alguno a su familia por teléfono), cerca de San Vicente de la Barquera. Hasta aquí la ruta maravillosa y para hacer. La costa cántabra y los pueblos son imprescindibles de ver. La zona de acampada es curiosa, sin parcelas, junto a los acantilados, en terrazas, y con acceso a una cala privada. Elegimos un sitio junto al mar, idílico, pero erróneo. Montamos todo, nosotros con mucho mimo montamos la tienda, algo me olía a lluvia. Manolo y Sandra hacen lo propio. Un toldo que hemos comprado sirve para guardar las cosas debajo, pero con las fundas chubasqueras sobre las alforjas y mochilas por si a caso... No me equivoqué. Mientras cenamos, bien pero no económico, se desata la galerna. Una lluvia y un aire huracanados como pocas veces he visto. Corremos a las tiendas pero llegamos calados. El toldo ha sido arrancado, apenas se aguanta de un cordino, así que lo desmonto y envuelvo las cosas con él. Salgo fuera de la tienda y reclavo alguna piqueta en modo "tormenta" y aseguro el doble techo con piedras, como en el monte. A Manolo y Sandra los oímos flipando en su tienda, que aguantó como una titana La noche fue una nueva experiencia asombrosa, el mar azotaba el acantilado con una fuerza bestial, el viento estuvo a punto varias veces de desmontar la tienda... Nos dormimos igualmente... Ha sido un día duro.
Dia 5: De cuando el mar se hace montaña
El día amanece despejado y calmo de nuevo. Hoy es día de buscar un sitio resguardado donde recuperarnos y secar las cosas. Hemos encontrado un buen hotel en Potes, barato, de moteros y casero. En la ruta hasta allí nos adentramos en picos de Europa. El paisaje cambia radicalmente, el agreste de las montañas nos saluda y nos invita a adentrarnos en sus secretos. Zona muy motera, precioso el desfiladero de la hermida. Al medio día estamos en nuestro destino. Cambiarnos y a darle al diente!!! Encontramos un restaurante increíblemente barato y con comida de la zona. Hasta arriba de Judias y de cachopos y de todo!! Increible. Siesta y cogemos las motos de nuevo. Al teleférico de fuentede a hacer un poco de turismo. Carretera preciosa. Vistas espectaculares desde arriba. Echamos unas risas haciendo algo de boulder en esa roca tan maravillosa y adherente. Tengo ganas de volver a escalar por aquí... Se nos hace casi de noche arriba. Bajamos como demonios hacia Potes y buscamos un sitio para cenar. Encontramos un lugar donde hacen las mejores hamburguesas caseras, con pan hecho por ellos... y las más económicas del mundo. Además de fondo buena música! Tapas de quesos, pimientos... Jornadas lúdico-gastronómicas. :) Noche de relax y tranquila para variar no está mal.
Dia 6: No todo debe ser moto
Nos levantamos relativamente pronto. Montamos todo en las motos con una precisión y una rapidez absoluta y tomamos rumbo al valle de Cabrales. De nuevo el desfiladero de la Hermida, con menos tráfico lo disfrutamos de lo lindo. Salvo un pequeño incidente con un Bus que no cabía en un cruce con un camión. Empezó a echar marcha atrás y nosotros ibamos cerca, no nos veía, yo reculé y salí hacia un lado pero Isabel que llega justillo al suelo para andar hacia atrás las pasó canutas. Fue un poco rollo coyote cuando intenta correr y no toca el suelo. En Panes tomamos camino de Arriondas, nuestro destino de hoy. Vamos a hacer el descenso del Sella en canoa!!!. La carretera hasta allí un ride increíble, de lo mejor que he hecho nunca. Buen asfalto, vistas preciosas, carretera sinuosa pero no demasiado técnica. Un lujo para el motero medio. Un placer para los sentidos. Llegamos al camping, contratamos las canoas y montamos el basecamo. Nos cambiamos y al río!!! 4 horas de remo, lleno de buen rollo, chiringuitos en cada meandro. Saltos. Risas. Calimocho colgando de las canoas. Fantástico. La compañía ayuda sin duda.
Por la tarde una buena ducha y a buscar un sitio para cenar y cargar todos los aparatos electrónicos. Encontramos un bar de los de allí, de gente del pueblo y nos ponemos las botas de comer y de beber desde las 20.30h hasta las 23.30h, hasta guiñote no te digo más (Guiñote es un juego de cartas de Aragón parecido al tute)!! Sidra por el suelo, por la barra... queso de cabrales, más pimientos de padrón, ensalada megadóntica, huevos, calamares...más sidra. pacharán, gin tonic!! Tremendo como se come, se bebe y por que poco!!!! Estamos engañados por otros sitios. Como os podéis imaginar dormimos como bebés con el cansancio y el alpiste jajajajajaja.
Dia 7: Cuando la vuelta es sólo el principio
Y ha llegado el momento de volver. Todo lo hecho tiene que ser deshecho. Elegimos una ruta rápida pero diferente que nos llevará en poco más de 5 horas a casa. Autovía hasta el desvío hacia Burgos, de allí a Soria y de Soria a Calatayud. Buen camino, frío a ratos. Jugando con la camarita, algún problema con la gasolina, casi se nos acaba. Gracias a dios encontramos una gasolinera a tiempo! . Una buena comida en un bar de carretera típico y seguimos sin pausa. Alguna parada para la foto oficial, para tomar café... muchas risas como durante todo el viaje y por la noche de fiesta por Calatayud y sus fiestas de San Roque!!!. La traca fin de trayecto.
Sólo puedo recordar cosas fantásticas de estas vacaciones. Ha sido un viaje, como siempre para enmarcar. Aunque obviamente no llegamos a Finisterre valió la pena. Y en familia, porque con la familia todo es mejor y vosotros sois nuestra familia, Sres. de Marrone. Gracias a nuestros supporters Rubén, Iván y Beatriz por dejarnos alforjas, botas y ropa. Un poquito de vosotros siempre viaja de paquete en nuestras motos.
No todo va a ser montaña y de vez en cuando es necesario hacer cosas diferentes para desoxigenar. Disfrutamos de cada segundo en la carretera, en las cenas, de risas, de fiesta... Cada día es una aventura y cada aventura una experiencia inolvidable. Hagamos de nuestra vida un viaje inolvidable!.
Los guerreros del asfalto los mismos del año pasado, Manolo y Sandra en una custom al más puro estilo route 66 y nosotros con nuestras humildes flechas plateadas.
Dia 1: The begining
La aventura comienza preparando todo en casa, como siempre, cargando las motos y subiendo a cuarte a comer con los compañeros de viaje. Parada en el decathlon para comprar los últimos olvidos y rumbo a Huesca. La ruta de hoy es la siguiente. Zaragoza-Huesca-Ayerbe-Puente la Reina-Roncesvalles (todo por secundarias). Es maravilloso estar de nuevo sobre la moto, sentir el aire en la cara, hablar por los intercom. El paisaje de este clásico día motero es precioso, con los mallos, peña Ruaba, los pirineos al fondo... Un gozo para los sentidos. El camping genial, económico y cómodo y el patxaran casero de lujo. Comienza la peregrinación del Patxaran... La resaca del día siguiente también estuvo ahí, soy más falso para eso de beber. Hoy todo ha sido genial, y aunque hemos pasado un poco de calor ha valido la pena.
Día 2: De cuando la montaña se une al mar
El camino nos llevará de Roncesvalles- San Jean de Pied de Port- San Juan de Luz- Irún-Orio. Para ponernos a tono, el puerto de pasada a Francia, donde nos cruzamos con muchos moteros y mucho caminante. Un sin fin de curvas y horquillas de todos los gustos con buen asfalto para calentar motores. Francia calurosa, aunque parezca mentira. Parada a comer y a San Juan de luz donde daremos un paseo y tomaremos unos helados, hace un bochorno que mata. La carretera de la costa hasta Irún de lo más bonito que he hecho, junto a los acantilados con las gaviotas volando a nuestro lado, una pasada. En Irún café y decidir donde dormir. Al final en el camping de Orio, junto al mar. Seguimos ruta. Un par de confusiones de GPS rodeando San Sebastian por la campiña y llegamos al camping. Montamos todo bien porque se está nublando. Cena junto al mar, barata, rica y con buena gente. Paseo por el rompeolas, Patxaran y comienza a llover. Ese maravilloso Txirimiri o calabobos. Menos mal que hemos montado todo bien. Dormimos como bebés bajo el repiqueteo en la tienda de las gotas.
Dia 3: Cuando el camino es belleza pura
El día amanece gris y lloviendo. Menuda nos espera. Desayunamos y nos chipiamos (termino Aragonés que significa calarse hasta los huesos) para recoger todo. La ropa más o menos está seca, pero la tienda y demás cosas empapadas. Cargamos el campamento, nos ponemos los trajes de lluvia y a recorrer kilometros. La ruta hoy es preciosa por toda la costa del Pais Vasco hasta Bilbao. Pararemos por Zarautz, Mutriko, Guetaria, Lekeitio, San Juan de Gaztelugatxe... una pasada. Hasta Mutriko lluvia de todos los colores, pero que deja ver el mar Cantábrico en todo su esplendor. Comilona muy barata en un bar local, que bien y por que poco!, junto al puerto. De repente salió el sol y hasta Bilbao pudimos regalarnos los sentidos con esa carretera de lo mejor de España. Parada en Gaztelugatxe (donde mi compi de trabajo y amigo se prometió hace unos meses con su chica) y seguimos del tirón hasta el centro de Bilbao, el Guggenheim con Pupi, la ría... Una compras rápidas y hasta la "frontera" con Santander. Mirámos para dormir. Vuelve a llover y tenemos que secar las cosas del día. Encontramos una casa rural en el valle de carranza, barata y con una pinta genial, Casa Aingeru. Está lejos y llevamos todo el día en la moto pero hacemos el esfuerzo. Llegar hasta allí una aventura. Está perdida de la mano de dios, la mujer que la gestiona nos recoge en un sitio, y poseída por el espíritu de Schumi arranca dirección a la casa, yo le intento mantener el ritmo para no perderla por caminos. Isabel, Manolo y Sandra se quedan atrás. Casi me voy en una curva pero llego a la casa y veo a estos pasar por otro camino. Bajo corriendo y gritando. Al final dando la vuelta la custom que pesa besa el suelo... Todos juntos en este encantador y mágico lugar, la casera marcha, nos dan de cenar abajo, en el pueblo, que no tenía pan para hacernos en casa. Estamos a punto de salir y nos llama de nuevo, "hay terneras en la carretera!"..."Que??"..."Vacas, oye vacas, tened cuidado". Jajajaja lo que faltaba. Bajamos preocupados por la vacas y nos sale un mastín del tamaño de una de ellas y casi tira a Isabel. Un poco más adelante 4 rumiantes taponan la carretera... Haciendo honor al dicho nos mira como "las vacas al tren". Y después de unos cuanto pitidos deciden marcharse. Una cena copiosa y barata y a dormir. Menudo día!.
Día 4: La Gopro entró en nuestras vidas
Nos levantamos muy muy descansados hoy va a ser una etapa rara al principio, es desandar lo hecho. Pero por el día y descansados nos parece precioso el valle de Carranza, un lugar para volver. Hasta la costa sencillo. Primera parada del día Santoña y sus famosas anchoas. Clavada que nos pegan por dos latitas, pero bueno había que hacerlo no?. Seguimos por la costa hasta Santander, haciendo kilómetros y disfrutando del día, soleado y cálido para variar. En las circunvalaciones mi GPS pierde el norte y damos más vueltas que un pirulo. Nos hemos calentado y vamos a comprarnos unas Gopro, si ese juguetito tonto que nos va a dar mucho juego a partir de ahora. (Entre esto y el dinero que nos gastamos en estas vacaciones se jodieron los Alpes estivales, pero iremos más adelante no lo dudeis). Comida basura por un día y rumbo a nuestro siguiente sitio para dormir. El camping Pechón (o tetón como le dijo alguno a su familia por teléfono), cerca de San Vicente de la Barquera. Hasta aquí la ruta maravillosa y para hacer. La costa cántabra y los pueblos son imprescindibles de ver. La zona de acampada es curiosa, sin parcelas, junto a los acantilados, en terrazas, y con acceso a una cala privada. Elegimos un sitio junto al mar, idílico, pero erróneo. Montamos todo, nosotros con mucho mimo montamos la tienda, algo me olía a lluvia. Manolo y Sandra hacen lo propio. Un toldo que hemos comprado sirve para guardar las cosas debajo, pero con las fundas chubasqueras sobre las alforjas y mochilas por si a caso... No me equivoqué. Mientras cenamos, bien pero no económico, se desata la galerna. Una lluvia y un aire huracanados como pocas veces he visto. Corremos a las tiendas pero llegamos calados. El toldo ha sido arrancado, apenas se aguanta de un cordino, así que lo desmonto y envuelvo las cosas con él. Salgo fuera de la tienda y reclavo alguna piqueta en modo "tormenta" y aseguro el doble techo con piedras, como en el monte. A Manolo y Sandra los oímos flipando en su tienda, que aguantó como una titana La noche fue una nueva experiencia asombrosa, el mar azotaba el acantilado con una fuerza bestial, el viento estuvo a punto varias veces de desmontar la tienda... Nos dormimos igualmente... Ha sido un día duro.
Dia 5: De cuando el mar se hace montaña
El día amanece despejado y calmo de nuevo. Hoy es día de buscar un sitio resguardado donde recuperarnos y secar las cosas. Hemos encontrado un buen hotel en Potes, barato, de moteros y casero. En la ruta hasta allí nos adentramos en picos de Europa. El paisaje cambia radicalmente, el agreste de las montañas nos saluda y nos invita a adentrarnos en sus secretos. Zona muy motera, precioso el desfiladero de la hermida. Al medio día estamos en nuestro destino. Cambiarnos y a darle al diente!!! Encontramos un restaurante increíblemente barato y con comida de la zona. Hasta arriba de Judias y de cachopos y de todo!! Increible. Siesta y cogemos las motos de nuevo. Al teleférico de fuentede a hacer un poco de turismo. Carretera preciosa. Vistas espectaculares desde arriba. Echamos unas risas haciendo algo de boulder en esa roca tan maravillosa y adherente. Tengo ganas de volver a escalar por aquí... Se nos hace casi de noche arriba. Bajamos como demonios hacia Potes y buscamos un sitio para cenar. Encontramos un lugar donde hacen las mejores hamburguesas caseras, con pan hecho por ellos... y las más económicas del mundo. Además de fondo buena música! Tapas de quesos, pimientos... Jornadas lúdico-gastronómicas. :) Noche de relax y tranquila para variar no está mal.
Dia 6: No todo debe ser moto
Nos levantamos relativamente pronto. Montamos todo en las motos con una precisión y una rapidez absoluta y tomamos rumbo al valle de Cabrales. De nuevo el desfiladero de la Hermida, con menos tráfico lo disfrutamos de lo lindo. Salvo un pequeño incidente con un Bus que no cabía en un cruce con un camión. Empezó a echar marcha atrás y nosotros ibamos cerca, no nos veía, yo reculé y salí hacia un lado pero Isabel que llega justillo al suelo para andar hacia atrás las pasó canutas. Fue un poco rollo coyote cuando intenta correr y no toca el suelo. En Panes tomamos camino de Arriondas, nuestro destino de hoy. Vamos a hacer el descenso del Sella en canoa!!!. La carretera hasta allí un ride increíble, de lo mejor que he hecho nunca. Buen asfalto, vistas preciosas, carretera sinuosa pero no demasiado técnica. Un lujo para el motero medio. Un placer para los sentidos. Llegamos al camping, contratamos las canoas y montamos el basecamo. Nos cambiamos y al río!!! 4 horas de remo, lleno de buen rollo, chiringuitos en cada meandro. Saltos. Risas. Calimocho colgando de las canoas. Fantástico. La compañía ayuda sin duda.
Por la tarde una buena ducha y a buscar un sitio para cenar y cargar todos los aparatos electrónicos. Encontramos un bar de los de allí, de gente del pueblo y nos ponemos las botas de comer y de beber desde las 20.30h hasta las 23.30h, hasta guiñote no te digo más (Guiñote es un juego de cartas de Aragón parecido al tute)!! Sidra por el suelo, por la barra... queso de cabrales, más pimientos de padrón, ensalada megadóntica, huevos, calamares...más sidra. pacharán, gin tonic!! Tremendo como se come, se bebe y por que poco!!!! Estamos engañados por otros sitios. Como os podéis imaginar dormimos como bebés con el cansancio y el alpiste jajajajajaja.
Dia 7: Cuando la vuelta es sólo el principio
Y ha llegado el momento de volver. Todo lo hecho tiene que ser deshecho. Elegimos una ruta rápida pero diferente que nos llevará en poco más de 5 horas a casa. Autovía hasta el desvío hacia Burgos, de allí a Soria y de Soria a Calatayud. Buen camino, frío a ratos. Jugando con la camarita, algún problema con la gasolina, casi se nos acaba. Gracias a dios encontramos una gasolinera a tiempo! . Una buena comida en un bar de carretera típico y seguimos sin pausa. Alguna parada para la foto oficial, para tomar café... muchas risas como durante todo el viaje y por la noche de fiesta por Calatayud y sus fiestas de San Roque!!!. La traca fin de trayecto.
Sólo puedo recordar cosas fantásticas de estas vacaciones. Ha sido un viaje, como siempre para enmarcar. Aunque obviamente no llegamos a Finisterre valió la pena. Y en familia, porque con la familia todo es mejor y vosotros sois nuestra familia, Sres. de Marrone. Gracias a nuestros supporters Rubén, Iván y Beatriz por dejarnos alforjas, botas y ropa. Un poquito de vosotros siempre viaja de paquete en nuestras motos.
No todo va a ser montaña y de vez en cuando es necesario hacer cosas diferentes para desoxigenar. Disfrutamos de cada segundo en la carretera, en las cenas, de risas, de fiesta... Cada día es una aventura y cada aventura una experiencia inolvidable. Hagamos de nuestra vida un viaje inolvidable!.
que fieras estais hechos
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