" No es más quien más alto llega, si no aquel que influenciado por la bellezade las cosas que le rodean más fuerte siente". Maurice Herzog
Después de una semana de descanso, pero con ganas de seguir explorando este fantástico mundo del esquí de travesía, dirigimos nuestros pasos a Tramacastilla de Tena. Hemos quedado con Alex y con su chica Elena, (www.anayetvertical.com) para que nos lleven a hacer algo fácil por las inmediaciones de Panticosa y de paso nos den una master class de técnicas, señales que se usan en esquí de montaña y formas de avanzar. Primera parada en deportes Gorgol para comprar las dynafit One de Isabel, que nos las estaban guardando a un precio increible! Cómo no, solo quedaba ese número. Esta chica tiene mucha suerte con el material y las ofertas!
Una vez hechas las compras y ajustadas las focas en nuestras tablas (esto y las cuchillas aún nos faltan, y tenemos que ir pedigueñeandolas por ahí) nos juntamos todos y cogemos el super vehículo que nos va a depositar en la parte alta de las pistas de esquí de Panticosa, donde nos calzaremos los esquíes porque todavía queda nieve suficiente.
Una vez sobre los esquíes comienza la clase, pequeñas lecciones de ajuste de fijaciones, posición, colocación de focas y de maneras de avanzar más eficientemente. Una explicación rápida de señales y para arriba. La primera parte por pistas hablando todos en grupo y disfrutando del entorno. Alex nos cuenta que el día anterior estuvo por aquí dando una vuelta de verdad con Diego y otra gente... Nosotros este año no nos apuntamos a tan alto nivel, pero al que viene...
Pasamos a la vera del pico Mandilar y cerca del Ibón de los Asnos y enfilamos rumbo a nuestro objetivo la canal que sube al collado de peña Roya. Unas bonitas vueltas de María, con fotos incluidas, y asomamos la cabeza en un alto donde nos agita un molesto viento. La sensación térmica baja bastante y ya llevamos un buen rato de actividad, así que decidimos buscar un buen abrigo y almorzar algo. Madrugadores para ser honestos no hemos sido.
Alex y Elena había subido un sandwich para los dos y algo de dulce... Al menos no somos los únicos que subimos ligeros de comida muchas veces. Esta vez nosotros vamos forrados de comida: Orejones, pasas, frutos secos, turrón de natillas con galleta, oreos, potitos de fruta... Y bien de agua. Algo vamos aprendiendo :). No siempre van a estar nuestro alimentadores Navarros para darnos de comer ;) Recuperamos fuerza y recuperamos la sonrisa, si en algún momento la habíamos perdido, que lo dudo. El día es inmejorable. Nos calzamos de nuevo los esquíes y seguimos rumbo a Peña Roya y Peña blanca. Llegamos al final del vallecillo y vemos a unos chavales embarcados en un corredor de bajada. Supongo que al final bajarían pero que ganas de exponerse tiene la gente.
Seguimos hasta donde consideramos razonable y decidimos a pocos metros de la cima darnos la vuelta. No llevamos material, aunque esta vez creo que no hacía falta, es nuestra primera ascensión fuera de pistas y la verdad descender desde la cima nos da un poco de miedito, sobre todo a mí. Así que vuelta para abajo a disfrutar de la bajada. Alex marca unas buenas curvas para empezar el divertido descenso. Yo decido ir un poco por libre para coger sensaciones con las nuevas tablas. La verdad no son buenas. Entre que las botas me van grandes, que las tablas son ligeras, que esto no es pista y que soy más malo que el "sebo rata", en vez de deslizar grácilmente por la nieve, perpetro un descenso digno de un elefante con patines.
Aún con todo bajamos rápido y sin contratiempos. Ellos tres pasándoselo genial, yo a ratos por arriba, a ratos por la derecha, otros por la izquierda... pero llego entero y de una pieza. Una risas caen a mi costa, y me toca pagar las cervezas por patán. Una vez en las pistas vuelvo a disfrutar y en nada estamos en el coche de nuevo. Apuramos todo lo que podemos la nieve pero muy a nuestro pesar se termina.
Después de la experiencia de hoy decido cambiarme de botas por unas más cómodas en las subidas y de mi talla, que bajar no voy a bajar mejor pero al menos subiré más ligero. Las que tengo las dejo para pista, que me han ido siempre de muerte y total me tenía que comprar unas de todos modos.
Unas risas y unas fotos caen antes de llegar al coche... Y una conclusión tengo clara. Tengo que mejorar la técnica de esquí que así no voy a ningún sitio.
Ha sido como siempre que subimos a la montaña una experiencia maravillosa y rodeados de gente estupenda, generosa y sincera. Como sólo se encuentra en la montaña. Además hemos descubierto una zona del pirineo que teníamos olvidada cegados por cumbres con más renombre pero quizá no más bellas. Volveremos pronto, por el monte y por la compañía.
Alex y Elena había subido un sandwich para los dos y algo de dulce... Al menos no somos los únicos que subimos ligeros de comida muchas veces. Esta vez nosotros vamos forrados de comida: Orejones, pasas, frutos secos, turrón de natillas con galleta, oreos, potitos de fruta... Y bien de agua. Algo vamos aprendiendo :). No siempre van a estar nuestro alimentadores Navarros para darnos de comer ;) Recuperamos fuerza y recuperamos la sonrisa, si en algún momento la habíamos perdido, que lo dudo. El día es inmejorable. Nos calzamos de nuevo los esquíes y seguimos rumbo a Peña Roya y Peña blanca. Llegamos al final del vallecillo y vemos a unos chavales embarcados en un corredor de bajada. Supongo que al final bajarían pero que ganas de exponerse tiene la gente.
Seguimos hasta donde consideramos razonable y decidimos a pocos metros de la cima darnos la vuelta. No llevamos material, aunque esta vez creo que no hacía falta, es nuestra primera ascensión fuera de pistas y la verdad descender desde la cima nos da un poco de miedito, sobre todo a mí. Así que vuelta para abajo a disfrutar de la bajada. Alex marca unas buenas curvas para empezar el divertido descenso. Yo decido ir un poco por libre para coger sensaciones con las nuevas tablas. La verdad no son buenas. Entre que las botas me van grandes, que las tablas son ligeras, que esto no es pista y que soy más malo que el "sebo rata", en vez de deslizar grácilmente por la nieve, perpetro un descenso digno de un elefante con patines.
Aún con todo bajamos rápido y sin contratiempos. Ellos tres pasándoselo genial, yo a ratos por arriba, a ratos por la derecha, otros por la izquierda... pero llego entero y de una pieza. Una risas caen a mi costa, y me toca pagar las cervezas por patán. Una vez en las pistas vuelvo a disfrutar y en nada estamos en el coche de nuevo. Apuramos todo lo que podemos la nieve pero muy a nuestro pesar se termina.
Después de la experiencia de hoy decido cambiarme de botas por unas más cómodas en las subidas y de mi talla, que bajar no voy a bajar mejor pero al menos subiré más ligero. Las que tengo las dejo para pista, que me han ido siempre de muerte y total me tenía que comprar unas de todos modos.
Unas risas y unas fotos caen antes de llegar al coche... Y una conclusión tengo clara. Tengo que mejorar la técnica de esquí que así no voy a ningún sitio.
Ha sido como siempre que subimos a la montaña una experiencia maravillosa y rodeados de gente estupenda, generosa y sincera. Como sólo se encuentra en la montaña. Además hemos descubierto una zona del pirineo que teníamos olvidada cegados por cumbres con más renombre pero quizá no más bellas. Volveremos pronto, por el monte y por la compañía.
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