miércoles, 7 de junio de 2017

Ascensión a peña Sabocos (2757 mts), la última de la temporada


"Puedes pegarme, puedes tirarme al suelo. Incluso escupirme o mearme. Pero por favor no me aburras. " Clint Eastwood.

Los calores ya hacen estragos y poco queda de buenas nieves que no sean caras nortes y grandes porteos. Bueno y las Maladetas. Tengo el domingo libre de obligaciones así que el plan va a ser como si no tuviera un pequeño esperándome. Por la mañana esquiar y por la tarde escalar. 
Me levanto pronto en Zaragoza y tengo ya todo preparado en el coche. Salgo temprano y desayuno en el coche, costumbre que estoy perfeccionando. Solo me falta la zumera y la tostadora. Pronto me junto en Trama con mi gurú del esquí y su maravillosa familia, Don Alex dueño de la tienda de referencia de este modesto montañero www.anayetvertical.com . Amigo y compañero de andanzas, y el tío que me ha hecho cambiar de tres ganchos a dos...
Nos montamos en el coche y salimos rumbo a la nieve. Poca aproximación y estamos poniendo las focas y dándole para arriba. Foqueamos pero nos salimos de la ruta normal y nos montamos por un lomo algo más duro pero que nos evita perder altura, por precaución ponemos cuchillas.



Ya estamos frente a la amplia pala final, disfrutando a tope de la subida, que uno no intuye desde abajo. Zona muy cómoda para foquear con amplias zetas que nos permite ganar altura sin esfuerzo alguno. La nieve pinta muy muy muy bien. Elegimos de los corredores que se nos presentan para acceder a la arista cimera, el segundo por la izquierda. Igual da, son todos parecidos y con crampones y piolet me muevo mucho más en mi terreno. Así que soy el elegido para abrir la huella hasta la cima desde el momento en que nos quitamos los esquíes.





Este pico lo cierto es que tiene un poco de todo que lo hace parecer alpinismo del bueno pero en bote pequeñito. Ahora después del corredor toca una arista con un pequeño resalte y muy muy estética. Sigo en cabeza que de los dos soy el que más a gusto se mueve en este terreno, que no quiere decir que sea mejor si no que tengo los nervios más templados.
Arista divertida que subimos hablando y riéndonos. Da gusto subir con alguien tan easy going y con el que me siento siempre tan a gusto y en quien confío tanto.



Cima, foto y abrazo. Echamos un trago de agua y oteamos el horizonte y marcamos rutas conocidas con el dedo y otras por conocer. Que bonito es nuestro Pirineo. Comemos un poco y nos echamos más risas. Toda la cima para nosotros en un día de excepción.


Y ahora toca bajar. Alex se va a marcar una bajada de antología desde la cima y por alguno de los corredores. Nivelazo. Yo arranco con los crampones y el piolet. Llegaremos a donde he dejado los esquíes a la vez, que es a mitad de corredor en una piedra. Soy muy rápido bajando con material duro, defecto de las carreras de montaña supongo. Ahora me equipo yo y Alex me espera. Respiro y me acabo la parte del corredor en tres saltos y luego a disfrutar de la gran sorpresa que nos depara Mr. Sabocos. Una nieve crema de excepción. Hasta yo lo gozo quitándome la espinita de la decepción del Aneto.


Y con esto y un bizcocho se acabó la temporada de esquí por este año. Bien apurada. Ha sido atípica en tanto en cuanto no he podido esquiar con Isabel ni una bajada. Al año que viene nos resarciremos. Gracias al incombustible Alex por aguantarme jajajajaja esquiando soy un poco quejica. Y gracias a Ele y Cris por la estupenda comida de después.

Al año que viene más y mejor, ahora toca centrarse en la vertical que llevo tiempo dándole duro en el tablero y es hora de empezar a recoger los frutos. Nos vemos por ahí arriba. Mejor pronto que tarde.













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