" No conquistamos las montañas, sino a nosotros mismos". Sir Edmund Hillary.
Hablar de la Gran Diagonal a peña Telera es hablar de una gran clásica del pirineo invernal por méritos propios. Larga, con ambiente, dura, con algún paso difícil... y sobre todo muy psicológica. Es una de estas montañas que te enamora cuando ya has dormido al día siguiente y en la cual llegar a la cima, es más que nunca sólo la mitad del camino.
Comenzamos la aventura como siempre, preparando todo el material en casa, cargando el coche y rumbo a Larrés donde hemos conseguido alojamiento en un hotel rural, el Churrón (recomendable 100%). No es lo ideal puesto que está a media hora en coche de Piedrafita de Jaca, pero es lo mejor que hemos encontrado a última hora y nos merecemos un descanso. Parece que todo el mundo quiere aprovechar estos últimos fines de semana invernales de sol. Llegamos con el tiempo justo para preparar los crampones, el material y cenar en el restaurante. Nos ponemos hasta las cejas y en la jornada venidera nos pasará factura el estomago, somos unos blandos. Estamos muy cansados, hemos trabajado los dos y llevamos mala semana de dormir. Aún así lo daremos todo al día siguiente. Ducha y a dormir que son las 23.50h.
Las 5 am, suena el móvil. Con una lentitud pasmosa nos levantamos. Desde el minuto uno estamos con más ganas de quedarnos en la cama que de subir montañas. Sabemos que debemos darnos prisa porque si no acabaremos bajando de noche, pero aún así la cabeza no manda ordenes suficientemente claras. Nos cuesta una hora prepararlo todo y montarnos en el coche, no llevamos el horario correcto. Llegamos a Piedrafita de Jaca y de ahí al aparcamiento de la Cuniacha. Hay mucha gente y salimos casi los últimos. Son más de las 7 am cuando empezamos a andar. No vamos muy finos. Estamos mal de la tripa y nos cuesta caminar. Como siempre al principio me quedo atrás, no me arranca el cuerpo. Me cuesta mucho entrar en calor. Luego voy recuperando y es Isabel la que se siente algo peor. Aún así seguimos subiendo. En dos horas a los pies del corredor. La gente ha ido hacia el de la "Y", al menos dos cordadas y alguno más allá. Antes de equiparnos tenemos que "aligerar peso" los dos, algo de la cena no nos sentó bien. Miro la gran Diagonal, tengo alguna duda de que sea el corredor solamente porque no hay huella y se me hace raro, pero está claro que es este.
No os voy a poder describir los largos porque la hicimos íntegramente en ensamble. Comenzamos subiendo a la derecha, en el centro del cono de entrada hay un alud reciente, al menos ha purgado bastante. Las dimensiones de este corredor engañan y mucho. En el primer vistazo Isabel dice que en 2 horas nos lo hacemos, esta claro que somos optimistas de nacimiento los dos. Nos equipamos, bebemos algo de agua y un zumo y para arriba. Vamos ya en ensamble para no tener que maniobrar con la cuerda más adelante. La huella enseguida desaparece y me toca a mi abrir todo el corredor. Mucha nieve sin transformar, profunda y cansina. Cae alguna cosa de arriba rodando, trozos de nieve, polvo que escupe el viento que en estos momentos sopla y se enfila por la canal. Seguimos avanzando y llegamos a la parte ancha, un pequeño circo, pendiente más sostenida, 40-45º pero la misma calidad, polvo sin transformar. Isabel se coloca bien una bota resguardados tras una piedra, ya se ve la entrada al estrechamiento y no parece tan difícil, incluso se aprecia el desvío hacia el "escaqueo" a la derecha.
Subimos pegados al muro izquierdo 50º grados al principio, hay una especie de cornisa en ese lado, luego quizá 60º-65º. Decidimos parar en ese balcón de nieve, monto una reunión con un fisurero y un friend en una grieta. La triangulo y nos anclamos. Tenemos el sitio justo para dos pero no estamos del todo incómodos. No es tan pequeño como nos parecía. La nieve polvo me agota al tener que abrir huella. Aprovecho para recuperar. En el centro del corredor se ha formado un canalizo por el cual fluye un río de nieve esporádicamente. Es increíble como se parece a un líquido en su comportamiento. Mejor no subir por ahí. Tomamos sopa caliente y algo de comer. Descansamos y seguimos hacia arriba otra vez, después de recoger todo. Nos espera el segundo resalte que al estar metidos en un lado no vemos todavía. Obviamente hemos desechado la parte fácil, el desvío a la derecha.
Llegamos al segundo resalte subiendo poco a poco, a ritmo constante. La cascada está bien formada y el hielo esta perfecto, coloco un tornillo para no repetir errores del corredor anterior, y subo con seguridad y confianza. 65º cómodos y disfrutones. Isabel pasa con la misma facilidad, quizá más al ir con la huella hecha. Seguimos subiendo, ya se ve el bloque empotrado, la nieve aquí esta más polvo y suelta. Vemos el desvío a la derecha pero yo estoy decidido y tengo las ganas y la fuerza para pasarlo esté como esté. Lo hablamos un momento, Isabel me apoya, me ve lleno de seguridad y esta vez no se equivoca en lo más mínimo. Somos una cordada y las decisiones se toman entre los dos. Afrontaremos pues el corredor integro, recto, sin trucos. Unas rampas más empinadas y estoy al pie del bloque. Voy a probar por la izquierda... nieve polvo sin transformar, me hundo y no tracciono. Isabel me dice que mejor por la derecha, por donde el diedro, donde dice la leyenda que hay un clavo (modo ironía on). Me bajo hasta el bloque lo rodeo y pongo un tornillo de 21 cms que entra perfecto y me da toda la seguridad del mundo. Subo un poco por el hielo encajado entre el bloque y la pared. Intento clavar el piolo y la nieve de arriba esta polvo total, el paraiso de cualquier freerider!. Si había algún seguro no lo vemos. Lo intento, pero decido bajarme al tornillo. He visto la solución. Nos damos tres o cuatro metros más de cuerda y le digo que venga al "tornillo-reunión". Le pido que me asegure y decido acometer el problema por mitad de la piedra, extraploma pero el hielo está perfecto. Coloco otro tornillo de 13. Clavo un piolet y luego el otro. El pie izquierdo al lateral del bloque, en el polvo que me aguanta un segundo. No necesito más y me supero. Clavo el derecho en el hielo. Clavo el izquierdo también. Piolet y piolet arriba. Subo los pies. Repito la operación dos veces más. Isabel me chilla ánimos desde abajo. Sudo y hago esfuerzo pero el problema ya está resuelto. Clavo los dos piolet a modo de reunión, los triangulo y la aseguro con el Atc. Quita el primer tornillo y sube hasta el segundo. Le digo que espere, he ganado dos metros de cuerda así que subo un poco más, hay algo de nieve. Repito la operación con los piolets y tallo dos repisas para los pies. Ahora si estoy en buena posición. Isabel sube con un chillido de fuerza y rabia pero sin un fallo. Que orgulloso estoy de nuestra cordada y que duro ha sido pero que gratificante a la vez superar el paso.
Ha sido excitante y agotador pero tenemos que seguir, el corredor no ofrece descanso. Alterna zonas de 45º a zonas de 60º. Hay una reunión a la derecha pero no la alcanzo sin exponerme, seguimos subiendo. Otro pequeño resalte en forma de roca pero con nieve a los lados. Se ve al fondo una reunión así que con la vista puesta en ella seguimos subiendo. Llego y me aseguro. Sube Isabel. Nos besamos. Ha sido duro física y mentalmente pero ya está hecho. Bebemos agua y comemos un poco. No podemos parar, los dos sabemos que vamos algo tarde. Seguimos hacia adelante, siempre hacia arriba. Ya sólo queda el mirador. Nos acercamos al pico que tan erguido se ve desde abajo, el diente que defiende la parte izquierda del muro de Telera. Llegamos a una amplia repisa con dos parabolts. Descanso merecido. Sabemos lo que toca ahora. El mirador, la travesía con nieve expuesta al sol desde bien pronto. Hemos leído que da impresión pero desde donde estamos todavía no se ve.
Salgo de la reunión y subo hasta superar un hombro, hay otra con un cordino pero no veo lo que nos espera, así decido no montar nada y seguir en ensamble. Fallo mío que no volveré a cometer. Salgo al mirador. Demonios! si que da impresión. Un fallo y a saludar a la gente desde el cielo. Respiro y comienzo a pasarlo, pie tras pie, piolo tras piolo. Ya casi estoy a mitad y viene Isabel, no hemos acortado la cuerda. La veo preocupada, se le nota en los ojos. Pienso que como ella tiene el doble de equilibrio que yo pasará sin problemas. Llego al otro lado, clavo bien los piolets y la aseguro. No lo está pasando bien. Psicológicamente le está costando aunque lo resuelve paso a paso con gran solvencia. Hemos hablado mucho de eso al volver, y cometimos el error de no asegurarlo como debiéramos. Hemos aprendido aunque no ha sido una grata experiencia. Lo cierto es que no hay noticia de accidentes en este paso, supongo que porque todo el mundo pasa por aquí totalmente concentrado. Ya estamos juntos y le doy ánimos. No la veo tan feliz como me gustaría y eso no es lo que deseaba. Me dice que sigamos subiendo. Los dos queremos acabar el corredor, esta parte ha sido muy tensa, demasiado. Las ultimas rampas por supuesto no relajan la inclinación. Ya llegamos al final, se ve la salida. Dos opciones roca a la izquierda, nieve a la derecha. Le pregunto y dice que roca. Me acerco, supero el paso de III+ y ya está. No hay más corredor. El sol baña mi cuerpo, recupero el calor. Aseguro el ultimo resalte. Isabel llega también. Se le exhausta mentalmente, pero feliz. Ha sido todo un reto, sobre todo para nuestra templanza. Nos damos un gran abrazo y seguimos la marcha.
Guardamos la cuerda, recuperamos un poco de energía y bebemos y comemos algo. Son las 13.30h, hemos subido en 4 horas el corredor entero. Un tiempo estupendo dada la calidad de la nieve. Me rindo a los pies de esta maravillosa mujer que ha decido compartir su vida conmigo y que tiene una resistencia y una fuerza física y mental digna del más valiente de los montañeros. Es una titana!. No podemos parar ahora, tenemos que seguir, se nos echa el tiempo encima y aún nos queda más de la mitad. Subimos por mixto nada más salir del corredor y luego por rampas de nieve paso a paso. Estamos cansados y sol golpea con fuerza. Nos paramos en una ladera a beber. Ya no queda mucho para la cima pero ya no estamos tan frescos. Isabel sube a ritmo constante y sin pausas. Llegamos al vértice geodésico que marca la máxima altitud, por fin!. Ha sido muy duro pero las vistas merecen la pena. Se ve el Moncayo, solitario y nevado, desde aquí. El contraste entre las zonas más bajas y las cimas. La primavera y el invierno en pugna. El Midi, Anayet, Palas, Balaitus, Facha, Garmo... el mundo entero vestido de blanco. Pero no nos podemos entretener. Son las 15h y queda un largo trecho de bajada. Foto rápida de cima, beso y abrazo. Hay que continuar.
Emprendemos la bajada hacia el corredor de la Y. La huella es clara pero se pierde en los cortados, la buscamos un buen rato pero no la acabamos de localizar, hoy no ha debido subir nadie hasta aquí. Va pegada casi al filo pero no quiero arriesgar. Vemos una instalación de rápel abajo pero a Isabel no le parece seguro del todo el descenso hasta ella. No quiere seguir arriesgando y lo entiendo. No pasa nada. montamos un rápel en una roca. Ella baja, poco a poco pero fluida, controlando los movimientos. Llega a la reunión. Bajo yo, parece que todo va por buen camino. Llego a la reunión. Me aseguro. Intento recuperar la cuerda y no baja. El nudo se ha debido enganchar de alguna manera en la roca y no he sabido preveerlo. No queda otra que subir los 50 mts de nuevo y soltarlo. A mi chica no le parece muy buena idea , se preocupa por mi, la nieve no está en buenas condiciones pero yo estoy muy entero de cabeza y físicamente y en 10 minutos estoy arriba. Apaño el rápel con un cordino más largo y un mallón y para abajo. Recuperamos a la primera. Todo va bien, he visto a unos señores delante de nosotros cogiendo el camino al corredor de la Y, somos los últimos pero hay tiempo de sobras. Bajamos el siguiente rápel, desde arriba he visto la huella hacia la cima capullo y la salida del corredor Mª Pilar Aller. Recogemos la cuerda. Hemos perdido mucho tiempo. Pero una vez en la línea correcta de descenso da igual que anochezca.
Son casi las 17h cuando llegamos abajo. Rodeamos la cima "Capullo", Isabel lleva un crampón flojo. Lo ajustamos. Seguimos andando, el sol nos sigue debilitando, estamos cansados, ya llevamos mucho de actividad, aunque realmente es todo psicológico hemos deducido después porque una vez en el buen camino bajamos volando. Llegamos al corredor de la Y, nos asomamos y no nos gusta mucho lo que vemos, sólo hay un cordino colgado un poco alto, no parece seguro del todo. Decidimos ir a buscar el de la Z, hay huella, y seguimos andando, llegamos a la entrada y la huella se da la vuelta. Hay una super-cornisa, o no es este. De cualquier modo, no veo instalaciones. Le digo que vamos a volver y a bajar por el de la Y, que pone en todos los sitios que está equipado. Llegamos deshidratados, el sol pega muy duro y la actividad es larga, quien diga lo contrario no es sincero. Nos sentamos a comer algo y a beber. Recuperamos energía. Sabemos que nada va a salir mal, esto es lo normal, los retrasos son cosas que pasan. No hay peligro, sólo hacer lo que sabemos metódicamente. La aseguro para llegar hasta el cordino, no está justo en la entrada. Llega hasta el y debajo escondidos en un hueco hay dos parabolts con argolla. Menuda alegría!!!!!.
Sacamos la cuerda que lleva Isabel y con las prisas en el rapel anterior no la hemos plegado bien, fallo de principiantes que no deberíamos haber cometido, esta totalmente liada. Nos cuesta más de 15 minutos conseguir que sea una cuerda de nuevo. Por fin está. Las cuerdas caen al vacío. Esta vez yo voy primero para buscar la siguiente reunión o montar una de fortuna. Bajo y veo un cordino en una pared. Me aseguro. Baja Isabel. Recuperamos. Tengo la impresión que es el que sirve para asegurar la salida del resalte y que debajo encontraré otros mejores. Así es, bajo unos 15 metros y en una cuevecita 4 parabolts. Ahora sí que estoy bien tranquilo Noto como la tensión sale de mi cuerpo. Isabel me comenta que había sentido lo mismo con los dos primeros al empezar el descenso. Son las 18.20h o quizá un poco más tarde pero ya no hay problema. Oímos el helicóptero de la guardia civil. Están en la entrada del corredor cientos de metros por debajo, se le ve asomarse y dar varias vueltas. ¿Habrá pasado algo?. Luego nos enteraríamos que rescataron a un señor con un esguince, supongo que los que bajaban delante nuestra. De repente todo ha cambiado, la frugal comida antes de empezar a bajar y la seguridad de saber que estamos en el buen camino nos eleva el ánimo. Estamos otra vez fuertes y seguros. Detrás de un rápel otro, somos una máquina bien engrasada. Yo bajo y preparo las cuerdas, ella baja y recupera. Las volvemos a lanzar y repetimos la operación. Se acaban las instalaciones. Bajamos un poco de cara a la pared. Luego de frente, seguimos bajando. Se hace de noche. El pirineo nos regala uno de los atardeceres más preciosos que hemos visto en nuestra vida. Hemos vuelto a sonreir. Somos muy felices.
Buscamos la salida por pendientes cada vez más suaves y llenas de nieve, a veces hasta la cadera. Llegamos al Ibon de Piedrafita, recogemos los piolets y sacamos los bastones. Es de noche, las estrellas brillan en el cielo y el aire está en calma, vemos unas luces de frontales a lo lejos no somos los únicos que bajamos tarde. Seguimos bajando un pie tras otro en un movimiento mecánico. No sentimos la fatiga, no hay tensión, la adrenalina hace tiempo que se ha diluido. Estamos en paz. Son las 21h, llegamos al coche, otra cordada de tres, la misma que salió casi con nosotros acaba de llegar. Más abajo dos hombres suponemos que los compañeros del que rescataron también están recogiendo. Es hora de ir a casa, de dejar lejos la montaña que nos ha puesto tan a prueba y se ha quedado un poco de nuestros espíritus.
En resumen es una actividad dura físicamente y para tener la cabeza en su sitio. No por el riesgo si no por lo que exige mentalmente el cansancio. Hemos pasado altibajos normales y hemos cometido errores pero ha valido la pena. Es una gran clásica y no defrauda. No sé si volveremos a La Gran Diagonal pero sin duda sí a Telera.
Datos Técnicos:
Altitud de partida: 1350 mts.
Altitud máxima: 2764 mts.
Desnivel acumulado: 1414 mts.
Dificultad : AD/ AD+ 70 º Max., 700 mts. (Nosotros toda en ensamble).
Horarios: Aproximación 2h.
Corredor 4h 15 min.
Del corredor a la cumbre 1h 30min.
De la cumbre a la entrada del corredor de la Y : 1h 30 min.
Descender el corredor : 2h 30 min.
Retorno al coche: 1h.
Material: Crampones, Piolets, dos cuerdas de 60 mts para rapelar, dos tornillos de hielo, una estaca, friends y fisureros varios, mallones, cordinos, cintas, casco (fundamental)...
"Queremos dedicar esta ascensión a uno de los primeros aperturistas y padre de un amigo que falleció hace poco. J.R. Morandeira. Estamos seguros que desde el cielo nos echaste un cable para no caer y volver sanos y salvos".
Un saludo y nos vemos pronto amigos.
Comenzamos la aventura como siempre, preparando todo el material en casa, cargando el coche y rumbo a Larrés donde hemos conseguido alojamiento en un hotel rural, el Churrón (recomendable 100%). No es lo ideal puesto que está a media hora en coche de Piedrafita de Jaca, pero es lo mejor que hemos encontrado a última hora y nos merecemos un descanso. Parece que todo el mundo quiere aprovechar estos últimos fines de semana invernales de sol. Llegamos con el tiempo justo para preparar los crampones, el material y cenar en el restaurante. Nos ponemos hasta las cejas y en la jornada venidera nos pasará factura el estomago, somos unos blandos. Estamos muy cansados, hemos trabajado los dos y llevamos mala semana de dormir. Aún así lo daremos todo al día siguiente. Ducha y a dormir que son las 23.50h.
Las 5 am, suena el móvil. Con una lentitud pasmosa nos levantamos. Desde el minuto uno estamos con más ganas de quedarnos en la cama que de subir montañas. Sabemos que debemos darnos prisa porque si no acabaremos bajando de noche, pero aún así la cabeza no manda ordenes suficientemente claras. Nos cuesta una hora prepararlo todo y montarnos en el coche, no llevamos el horario correcto. Llegamos a Piedrafita de Jaca y de ahí al aparcamiento de la Cuniacha. Hay mucha gente y salimos casi los últimos. Son más de las 7 am cuando empezamos a andar. No vamos muy finos. Estamos mal de la tripa y nos cuesta caminar. Como siempre al principio me quedo atrás, no me arranca el cuerpo. Me cuesta mucho entrar en calor. Luego voy recuperando y es Isabel la que se siente algo peor. Aún así seguimos subiendo. En dos horas a los pies del corredor. La gente ha ido hacia el de la "Y", al menos dos cordadas y alguno más allá. Antes de equiparnos tenemos que "aligerar peso" los dos, algo de la cena no nos sentó bien. Miro la gran Diagonal, tengo alguna duda de que sea el corredor solamente porque no hay huella y se me hace raro, pero está claro que es este.
No os voy a poder describir los largos porque la hicimos íntegramente en ensamble. Comenzamos subiendo a la derecha, en el centro del cono de entrada hay un alud reciente, al menos ha purgado bastante. Las dimensiones de este corredor engañan y mucho. En el primer vistazo Isabel dice que en 2 horas nos lo hacemos, esta claro que somos optimistas de nacimiento los dos. Nos equipamos, bebemos algo de agua y un zumo y para arriba. Vamos ya en ensamble para no tener que maniobrar con la cuerda más adelante. La huella enseguida desaparece y me toca a mi abrir todo el corredor. Mucha nieve sin transformar, profunda y cansina. Cae alguna cosa de arriba rodando, trozos de nieve, polvo que escupe el viento que en estos momentos sopla y se enfila por la canal. Seguimos avanzando y llegamos a la parte ancha, un pequeño circo, pendiente más sostenida, 40-45º pero la misma calidad, polvo sin transformar. Isabel se coloca bien una bota resguardados tras una piedra, ya se ve la entrada al estrechamiento y no parece tan difícil, incluso se aprecia el desvío hacia el "escaqueo" a la derecha.
Subimos pegados al muro izquierdo 50º grados al principio, hay una especie de cornisa en ese lado, luego quizá 60º-65º. Decidimos parar en ese balcón de nieve, monto una reunión con un fisurero y un friend en una grieta. La triangulo y nos anclamos. Tenemos el sitio justo para dos pero no estamos del todo incómodos. No es tan pequeño como nos parecía. La nieve polvo me agota al tener que abrir huella. Aprovecho para recuperar. En el centro del corredor se ha formado un canalizo por el cual fluye un río de nieve esporádicamente. Es increíble como se parece a un líquido en su comportamiento. Mejor no subir por ahí. Tomamos sopa caliente y algo de comer. Descansamos y seguimos hacia arriba otra vez, después de recoger todo. Nos espera el segundo resalte que al estar metidos en un lado no vemos todavía. Obviamente hemos desechado la parte fácil, el desvío a la derecha.
Llegamos al segundo resalte subiendo poco a poco, a ritmo constante. La cascada está bien formada y el hielo esta perfecto, coloco un tornillo para no repetir errores del corredor anterior, y subo con seguridad y confianza. 65º cómodos y disfrutones. Isabel pasa con la misma facilidad, quizá más al ir con la huella hecha. Seguimos subiendo, ya se ve el bloque empotrado, la nieve aquí esta más polvo y suelta. Vemos el desvío a la derecha pero yo estoy decidido y tengo las ganas y la fuerza para pasarlo esté como esté. Lo hablamos un momento, Isabel me apoya, me ve lleno de seguridad y esta vez no se equivoca en lo más mínimo. Somos una cordada y las decisiones se toman entre los dos. Afrontaremos pues el corredor integro, recto, sin trucos. Unas rampas más empinadas y estoy al pie del bloque. Voy a probar por la izquierda... nieve polvo sin transformar, me hundo y no tracciono. Isabel me dice que mejor por la derecha, por donde el diedro, donde dice la leyenda que hay un clavo (modo ironía on). Me bajo hasta el bloque lo rodeo y pongo un tornillo de 21 cms que entra perfecto y me da toda la seguridad del mundo. Subo un poco por el hielo encajado entre el bloque y la pared. Intento clavar el piolo y la nieve de arriba esta polvo total, el paraiso de cualquier freerider!. Si había algún seguro no lo vemos. Lo intento, pero decido bajarme al tornillo. He visto la solución. Nos damos tres o cuatro metros más de cuerda y le digo que venga al "tornillo-reunión". Le pido que me asegure y decido acometer el problema por mitad de la piedra, extraploma pero el hielo está perfecto. Coloco otro tornillo de 13. Clavo un piolet y luego el otro. El pie izquierdo al lateral del bloque, en el polvo que me aguanta un segundo. No necesito más y me supero. Clavo el derecho en el hielo. Clavo el izquierdo también. Piolet y piolet arriba. Subo los pies. Repito la operación dos veces más. Isabel me chilla ánimos desde abajo. Sudo y hago esfuerzo pero el problema ya está resuelto. Clavo los dos piolet a modo de reunión, los triangulo y la aseguro con el Atc. Quita el primer tornillo y sube hasta el segundo. Le digo que espere, he ganado dos metros de cuerda así que subo un poco más, hay algo de nieve. Repito la operación con los piolets y tallo dos repisas para los pies. Ahora si estoy en buena posición. Isabel sube con un chillido de fuerza y rabia pero sin un fallo. Que orgulloso estoy de nuestra cordada y que duro ha sido pero que gratificante a la vez superar el paso.
Ha sido excitante y agotador pero tenemos que seguir, el corredor no ofrece descanso. Alterna zonas de 45º a zonas de 60º. Hay una reunión a la derecha pero no la alcanzo sin exponerme, seguimos subiendo. Otro pequeño resalte en forma de roca pero con nieve a los lados. Se ve al fondo una reunión así que con la vista puesta en ella seguimos subiendo. Llego y me aseguro. Sube Isabel. Nos besamos. Ha sido duro física y mentalmente pero ya está hecho. Bebemos agua y comemos un poco. No podemos parar, los dos sabemos que vamos algo tarde. Seguimos hacia adelante, siempre hacia arriba. Ya sólo queda el mirador. Nos acercamos al pico que tan erguido se ve desde abajo, el diente que defiende la parte izquierda del muro de Telera. Llegamos a una amplia repisa con dos parabolts. Descanso merecido. Sabemos lo que toca ahora. El mirador, la travesía con nieve expuesta al sol desde bien pronto. Hemos leído que da impresión pero desde donde estamos todavía no se ve.
Salgo de la reunión y subo hasta superar un hombro, hay otra con un cordino pero no veo lo que nos espera, así decido no montar nada y seguir en ensamble. Fallo mío que no volveré a cometer. Salgo al mirador. Demonios! si que da impresión. Un fallo y a saludar a la gente desde el cielo. Respiro y comienzo a pasarlo, pie tras pie, piolo tras piolo. Ya casi estoy a mitad y viene Isabel, no hemos acortado la cuerda. La veo preocupada, se le nota en los ojos. Pienso que como ella tiene el doble de equilibrio que yo pasará sin problemas. Llego al otro lado, clavo bien los piolets y la aseguro. No lo está pasando bien. Psicológicamente le está costando aunque lo resuelve paso a paso con gran solvencia. Hemos hablado mucho de eso al volver, y cometimos el error de no asegurarlo como debiéramos. Hemos aprendido aunque no ha sido una grata experiencia. Lo cierto es que no hay noticia de accidentes en este paso, supongo que porque todo el mundo pasa por aquí totalmente concentrado. Ya estamos juntos y le doy ánimos. No la veo tan feliz como me gustaría y eso no es lo que deseaba. Me dice que sigamos subiendo. Los dos queremos acabar el corredor, esta parte ha sido muy tensa, demasiado. Las ultimas rampas por supuesto no relajan la inclinación. Ya llegamos al final, se ve la salida. Dos opciones roca a la izquierda, nieve a la derecha. Le pregunto y dice que roca. Me acerco, supero el paso de III+ y ya está. No hay más corredor. El sol baña mi cuerpo, recupero el calor. Aseguro el ultimo resalte. Isabel llega también. Se le exhausta mentalmente, pero feliz. Ha sido todo un reto, sobre todo para nuestra templanza. Nos damos un gran abrazo y seguimos la marcha.
Guardamos la cuerda, recuperamos un poco de energía y bebemos y comemos algo. Son las 13.30h, hemos subido en 4 horas el corredor entero. Un tiempo estupendo dada la calidad de la nieve. Me rindo a los pies de esta maravillosa mujer que ha decido compartir su vida conmigo y que tiene una resistencia y una fuerza física y mental digna del más valiente de los montañeros. Es una titana!. No podemos parar ahora, tenemos que seguir, se nos echa el tiempo encima y aún nos queda más de la mitad. Subimos por mixto nada más salir del corredor y luego por rampas de nieve paso a paso. Estamos cansados y sol golpea con fuerza. Nos paramos en una ladera a beber. Ya no queda mucho para la cima pero ya no estamos tan frescos. Isabel sube a ritmo constante y sin pausas. Llegamos al vértice geodésico que marca la máxima altitud, por fin!. Ha sido muy duro pero las vistas merecen la pena. Se ve el Moncayo, solitario y nevado, desde aquí. El contraste entre las zonas más bajas y las cimas. La primavera y el invierno en pugna. El Midi, Anayet, Palas, Balaitus, Facha, Garmo... el mundo entero vestido de blanco. Pero no nos podemos entretener. Son las 15h y queda un largo trecho de bajada. Foto rápida de cima, beso y abrazo. Hay que continuar.
La foto de la cima, quedaba todavía un largo camino. |
Son casi las 17h cuando llegamos abajo. Rodeamos la cima "Capullo", Isabel lleva un crampón flojo. Lo ajustamos. Seguimos andando, el sol nos sigue debilitando, estamos cansados, ya llevamos mucho de actividad, aunque realmente es todo psicológico hemos deducido después porque una vez en el buen camino bajamos volando. Llegamos al corredor de la Y, nos asomamos y no nos gusta mucho lo que vemos, sólo hay un cordino colgado un poco alto, no parece seguro del todo. Decidimos ir a buscar el de la Z, hay huella, y seguimos andando, llegamos a la entrada y la huella se da la vuelta. Hay una super-cornisa, o no es este. De cualquier modo, no veo instalaciones. Le digo que vamos a volver y a bajar por el de la Y, que pone en todos los sitios que está equipado. Llegamos deshidratados, el sol pega muy duro y la actividad es larga, quien diga lo contrario no es sincero. Nos sentamos a comer algo y a beber. Recuperamos energía. Sabemos que nada va a salir mal, esto es lo normal, los retrasos son cosas que pasan. No hay peligro, sólo hacer lo que sabemos metódicamente. La aseguro para llegar hasta el cordino, no está justo en la entrada. Llega hasta el y debajo escondidos en un hueco hay dos parabolts con argolla. Menuda alegría!!!!!.
Sacamos la cuerda que lleva Isabel y con las prisas en el rapel anterior no la hemos plegado bien, fallo de principiantes que no deberíamos haber cometido, esta totalmente liada. Nos cuesta más de 15 minutos conseguir que sea una cuerda de nuevo. Por fin está. Las cuerdas caen al vacío. Esta vez yo voy primero para buscar la siguiente reunión o montar una de fortuna. Bajo y veo un cordino en una pared. Me aseguro. Baja Isabel. Recuperamos. Tengo la impresión que es el que sirve para asegurar la salida del resalte y que debajo encontraré otros mejores. Así es, bajo unos 15 metros y en una cuevecita 4 parabolts. Ahora sí que estoy bien tranquilo Noto como la tensión sale de mi cuerpo. Isabel me comenta que había sentido lo mismo con los dos primeros al empezar el descenso. Son las 18.20h o quizá un poco más tarde pero ya no hay problema. Oímos el helicóptero de la guardia civil. Están en la entrada del corredor cientos de metros por debajo, se le ve asomarse y dar varias vueltas. ¿Habrá pasado algo?. Luego nos enteraríamos que rescataron a un señor con un esguince, supongo que los que bajaban delante nuestra. De repente todo ha cambiado, la frugal comida antes de empezar a bajar y la seguridad de saber que estamos en el buen camino nos eleva el ánimo. Estamos otra vez fuertes y seguros. Detrás de un rápel otro, somos una máquina bien engrasada. Yo bajo y preparo las cuerdas, ella baja y recupera. Las volvemos a lanzar y repetimos la operación. Se acaban las instalaciones. Bajamos un poco de cara a la pared. Luego de frente, seguimos bajando. Se hace de noche. El pirineo nos regala uno de los atardeceres más preciosos que hemos visto en nuestra vida. Hemos vuelto a sonreir. Somos muy felices.
Buscamos la salida por pendientes cada vez más suaves y llenas de nieve, a veces hasta la cadera. Llegamos al Ibon de Piedrafita, recogemos los piolets y sacamos los bastones. Es de noche, las estrellas brillan en el cielo y el aire está en calma, vemos unas luces de frontales a lo lejos no somos los únicos que bajamos tarde. Seguimos bajando un pie tras otro en un movimiento mecánico. No sentimos la fatiga, no hay tensión, la adrenalina hace tiempo que se ha diluido. Estamos en paz. Son las 21h, llegamos al coche, otra cordada de tres, la misma que salió casi con nosotros acaba de llegar. Más abajo dos hombres suponemos que los compañeros del que rescataron también están recogiendo. Es hora de ir a casa, de dejar lejos la montaña que nos ha puesto tan a prueba y se ha quedado un poco de nuestros espíritus.
En resumen es una actividad dura físicamente y para tener la cabeza en su sitio. No por el riesgo si no por lo que exige mentalmente el cansancio. Hemos pasado altibajos normales y hemos cometido errores pero ha valido la pena. Es una gran clásica y no defrauda. No sé si volveremos a La Gran Diagonal pero sin duda sí a Telera.
Datos Técnicos:
Esta foto la he tomado prestada y es la que me subí en el movil para orientarme en la bajada. |
Altitud máxima: 2764 mts.
Desnivel acumulado: 1414 mts.
Dificultad : AD/ AD+ 70 º Max., 700 mts. (Nosotros toda en ensamble).
Horarios: Aproximación 2h.
Corredor 4h 15 min.
Del corredor a la cumbre 1h 30min.
De la cumbre a la entrada del corredor de la Y : 1h 30 min.
Descender el corredor : 2h 30 min.
Retorno al coche: 1h.
Material: Crampones, Piolets, dos cuerdas de 60 mts para rapelar, dos tornillos de hielo, una estaca, friends y fisureros varios, mallones, cordinos, cintas, casco (fundamental)...
"Queremos dedicar esta ascensión a uno de los primeros aperturistas y padre de un amigo que falleció hace poco. J.R. Morandeira. Estamos seguros que desde el cielo nos echaste un cable para no caer y volver sanos y salvos".
Un saludo y nos vemos pronto amigos.
Qué bien has contado la aventura!!! La tensión, el miedo, las dudas y esa sensación de que te fallan las fuerzas... Pero en un segundo la luz y toda la energía que da saber que lo habéis logrado. ¡¡Enhorabuena pareja!!
ResponderEliminarMuchas gracias!! La verdad es que desde siempre era una ascensión que deseaba realizar. Como la primera vez que subí al Midi d´Ossau... Recomendable 100%.
EliminarLa montaña es dura pero siempre recompensa. Como dice mi chica, en la montaña da igual quien llegue el primero o el último todos tiene la misma sensación de superación. Un abrazo.
Buena reseña de vuestra actividad. Nosotros ya encontramos los resaltes muy justitos, sobre todo el segundo que hubo que apretar en libre porque no había forma de asegurar.
ResponderEliminarOs deseamos que siguais disfrutando tanto por el monte
Saludos desde Calatayud Carlosara.- CMAYUD