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viernes, 1 de agosto de 2014

GR 11 Aragonesa. Día 3: De Biadós a Parzán.


" En dos palabras puedo resumir lo que he aprendido de la vida en estos años: Sigue adelante". Rober Frost.

Después de dormir como autenticas marmotas en Biadós, desayunamos y continuamos nuestro camino hacia el siguiente destino, Parzán. Hoy la etapa se plantea sencilla pero larga, sin ascensiones ni variantes. No vamos a hacer ninguna alternativa, aunque reconozco que punta Suelza me tentaba, pero quedan días más duros por delante y tenemos claro que no hemos planteado bien la actividad con semejante mochilón a la espalda. Hay que ser adaptativo. Hemos disfrutado mucho en este refugio, hemos comido francamente bien, descansado como reyes, hecho la colada, hablado y conocido gente maravillosa... pero es hora de partir y con un "hasta pronto" (más pronto de lo que creíamos) nos despedimos. La "carretera" nos espera.


La GR baja a pico desde el refugio hasta la pista que lleva a los llanos de Virgen Blanca. Donde Isabel pasó gran parte de su infancia entre campamentos de verano y vacaciones con su familia. Me enseña y me cuenta historias de pequeña, de sus hermanos, cosas que he visto en fotos... Por un momento puedo ver a la niña que hay dentro de ella sonriendo, corriendo, saltando, dándole de comer a las ardillas en su casita... 
No me extraña que sus padres eligieran este precioso valle para veranear que todavía, en los tiempos que corren, guarda un poco del antiguo pirineo. Esa sensación de aislamiento y soledad. De tiempos más sencillos y puros, que no más fáciles. Sin cobertura de móviles. Volviendo a disfrutar de la soledad y de la compañía en su estado puro. Tranquilidad y paz verdadera.
Después la ruta abandona esta pista a la derecha según bajamos para, poco a poco, ir ganando altura por otra de similares características.


Las piernas nos arden de la bajada brutal (un paseo agradable para los de Bilbao) del día anterior, pero la subida es amable y poco a poco vamos ganando altura entre risas y fresas. La ruta ahora consiste en seguir una pista para empalmar otra hasta una cabaña. Las marcas que siguen por senda, acortan las curvas, y en nuestra mano está tomar esos atajos o seguir a un ritmo cómodo pero haciendo más distancia por la pista. Nosotros alternamos unas y otras, hasta la cabaña de Sallena. Donde paramos a comer algo. Hemos comenzado a andar tarde y el sol aprieta, pero las temperaturas todavía respetan estos días. La ola de calor se espera para dos días después. Tras el merecido descanso continuamos la marcha hacia una vallecillo creo que se llama Montarruego donde se juntan varios barrancos. La GR gira hacía la izquierda en franca ascensión encarando las últimas rampas hacia el collado de Ordiceto o Chistaú. Nos cruzamos con varias personas que hacen el mismo camino pero en sentido inverso, incluso a unos bikers haciendo descenso. El valle que baja desde punta Suelza nos da varias ideas para esquiar esta temporada que viene, ya miramos todo con otros ojos. Y toda la subida nos deja una panorámica maravillosa del macizo del Posets, de la cresta de las Espadas, Forquetas, Eristes...


En un esfuerzo más subimos hasta el collado, donde nos espera un gran contraste. Llegamos sudorosos, cansados pero alegres y vemos a unos abuelos con su todo terreno, su mesa de camping y demás atrezzo comiendo tranquilamente en la puerta de una cabaña de pastores. Hasta aquí hay una pista que sube y es transitable con vehículos. Aunque sea normal y en otras ocasiones seguro que usamos esos atajos, cuando vienes de darte un palizón soberano estas cosas te tocan la fibra. Isabel me convence para subir hasta el ibón de Ordiceto y comer allí. En poco más de 10 minutos ascendemos el trecho que falta y comemos sentados junto al agua, al otro lado hay una cabaña con tres coches más. Unas nubes muy amenazadoras nos empiezan a rodear pero disfrutamos del descanso igualmente. Metemos los pies en el agua y hacemos unas fotos con las maravillosas vistas que nos regala este paraje. 


De aquí hasta Parzán, salvo algún trozo de senda, mucha pista y todo descenso. Las nubes que amenazaban nos atrapan pero sólo dejan caer unas gotas y apenas nos mojamos. Las fresas silvestres nos dan fuerzas. Y debatimos sobre que opciones podemos tomar al día siguiente. Si nos hubiéramos cruzado hoy con alguno de Bilbao también nos habría dicho que al bajada era corta seguro jajajaja. La siguiente jornada pues, podemos o seguir la GR, que a todas luces parece sencilla o buscar alguna alternativa quizá algo más emocionante o al menos diferente. Pero eso lo sabréis mañana.
La llega al hotel un placer porque después de tanta bajada los pies comienzan ya a arder. Cerveza fría, ducha caliente, colada, cena de restaurante y ver la final del mundial de fútbol, merecidamente ganada por Alemania. Dormimos en una cama juntos y alargamos el descanso hasta un poco más tarde que ningún día. Poco a poco nos acercamos a las etapas más duras y más bonitas a al vez.


Un saludo a todos y nos vemos por ahí arriba. ;)

2 comentarios:

  1. ¡Ja, ja, tuve la misma sensación que vosotros, al llegar a Ordiceto y encontrarme a tres o cuatro parejas en quads...! La verdad toca las narices...

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    1. Bueno como he puesto en otras ocasiones seguro que hemos hecho uso de esas pistas para aproximar y ahorrar tiempo. Pero cuando llegas después de un sobon de andar y ves el panorama desatarías el Apocalipsis Jajajaja la razón en esos momentos se queda en el fondo de la pesada mochila ;)

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