Páginas

jueves, 9 de abril de 2015

Tuca Mulleres (3010 mts) con esquíes de travesía


" La belleza, como el dolor, hace sufrir." Thomas Mann.

Y esta vez la aventura empieza en Cerler, en una bonita casa rural con unos anfitriones de lujo y que recomendamos, Casa Ferraz. Hemos reservado una habitación en un sitio donde te hacen sentir como en tu hogar. Montamos todo en el coche pronto por la mañana y salimos rumbo a los llanos del hospital, hemos quedado con Alex y Elena para desayunar. Ellos tienen planes a hacer fondo y luego pista y nosotros intentar una tuca mulleres.
Pico lejano y sencillo... pero sobre todo lejano... muy lejano. Después de desayunar y desearnos buena nieve empezamos a buen ritmo subiendo por la pista de fondo, respetando las huellas hasta la Besurta. Mucha nieve y dura y una horita de tirada casi que sirve para calentar las piernas. La besurta con metro y medio de nieve. Mucha gente, y buen día. De momento. Sopla aire pero se puede soportar.

Seguimos y seguimos, un buen rato y llegamos al Aigualluts, que precioso se ve. La cascada ya esta partida a punto de caer. El Aneto preside este bonito lugar. Tanto en verano como en invierno es uno de los mejores sitios para perderse del mundo.
Seguimos al fondo de la planicie y dejamos el pico Aigualluts a la derecha. Subimos por un canal estrecho como muchos aludes de fusión a nuestra izquierda según subimos. Buena rampa y a otra planicie llena de subidas y bajadas. Aún hace buen día pero poco a poco se van cubriendo los montes malditos. Se ve con mucha claridad que sopla aire en altura y las nubes poco a poco nos van comiendo. Acabamos esa planicie y otra canal, subimos rápido pero las piernas ya pesan, llevaremos 3 horas más o menos de foqueo sin paradas. Aquí sopla más aire y hay zonas con hielo. Me resbalo en una y me caigo, sin consecuencias, pero hay que estar al loro. Más aludes de fusión por todas partes. Esto es la guerra!


Otra canal estrecha con fuerte pendiente y otra llanura con subidas y bajadas. Remontamos el valle y una pala vertical nos espera justo antes de la subida final a la tuca. El tiempo a cambiado a mucho peor, las nubes cubren todo y no distinguimos si subimos o bajamos. Nos mareamos mucho los dos. Yo me caigo en llano porque creo que estoy subiendo y me he echado mucho adelante. Seguimos subiendo y aquí si azota el viento. Estamos a unos 2600 mts más o menos pero no vemos nada. La nieve durísima y reluciente asoma. Sacamos cuchillas y a Isabel se le cae la funda de la focas ladera abajo. Llevamos casi 5 horas de subida y las condiciones son malísimas. Isabel baja esquiando y se marea tanto que tiene mal cuerpo para todo el día.


Tomamos una decisión, darnos la vuelta. Si, tan cerca, pero esta todo muy muy feo... Oimos un alud. La pared de enfrente cruje. No lo vemos pero es la gota que colma el vaso. La meteo es penosa, las condiciones también, ni siquiera llevamos piolet ni crampones. Hemos peleado todo lo que se podía.
Lo que viene no es la típica bajada de disfrutar. Nieve mala, muy mala. Subidas y bajadas.... En resumen 3 horas y algo hasta el coche y un palizón soberano.
No puedo decir nada extraordinario de la actividad. Como siempre juntos somos felices, en la montaña somos felices... Pero debimos elegir otra ruta para este día. De fallos se aprende.
En el estacionamiento de los llanos nos juntamos con varios grupos y todos se han tenido que dar la vuelta en sus intentos de los tres grupos que estamos. Maladetas y Aneto. El cambio de tiempo nos ha pillado a todos por sorpresa. Así es la montaña y así queremos que siga siendo.


Ha sido aún así un excelente paréntesis en la locura del trabajo y de los preparativos. Llegar a esta nivel de cansancio ayuda a vaciar la mente de cosas son importancia y disfrutar de la paz de la montaña. Ahora emprendemos otra aventura en dos días que estoy seguro va a ser la más bonita que podría haber hecho jamás.
Nos vemos por ahí arriba amigos.